OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (619)

Jesús llama a Pedro

1471

Antifonario

Siena, Italia

Orígenes, Veintiséis homilías sobre el (libro) de Josué

Homilía XIV: Sobre la gran coalición contra Israel (Jos 11,1 ss.)

Introducción

El centro de esta homilía lo ocupa el amplio desarrollo que se dedica a la interpretación de los diversos nombres de reyes, reinos y territorio que Jabín, el demonio, congrega para ir contra Israel. Con variados y arteros recursos él trata de apartarnos de la recta vivencia de nuestra fe. Casi podría hablarse de un pequeño manual de lucha espiritual para seguir a Cristo en espíritu y en verdad (§ 2.1-13).

En la conclusión de la homilía, se nos recuerdan tres afirmaciones fundamentales de nuestra fe: no debemos temer a los demonios, porque ellos ya han sido vencidos completamente por nuestro Señor Jesucristo, que nos ha entregado en herencia el reino preparado por su Padre para nosotros (§ 3.1-2).

Texto

Significado espiritual de los nombres de los reyes. Jabín

2.1. Tratemos, según Dios nos conceda, examinar cada uno de los reyes del ejército enemigo; y por el significado de los nombres de cada uno también considerar la obra que, con maldad, produjeron.

2.2. El primero de todos, que también es considerado el autor de la guerra, congregando a los demás e invitando a la conjura de los impíos, se llama Jabín (o: Iabín), que era rey de Asor (cf. Jos 11,1). Porque fue él, se dice (en la Escritura), quien convocó también a los otros. Jabín se traduce entendimiento o prudencia. Por tanto, ¿qué es este entendimiento o prudencia, sino aquel que el profeta Isaías denomina “gran entendimiento”. Puesto que así dice: «Entraré en el gran pensamiento del príncipe de los asirios, que dijo: “Lo realizaré con mi fuerza, y por la sabiduría de mis pensamientos desplazaré los confines de las naciones y depredaré sus fuerzas”» (Is 10.12-13 LXX).

Jabín simboliza al príncipe de este mundo

2.3. Este, por tanto, que aquí ciertamente es llamado “gran pensamiento”, el rey de los asirios, este (es) Jabín, pensamiento y prudencia. También está escrito que la serpiente en el paraíso “era el más astuto de todos los animales” (Gn 3,1) que estaban sobre la tierra. Y asimismo se dice aquello del administrador infiel que obró hábilmente (cf. Lc 16,8) en todo lo que hizo. Este Jabín, entonces, era rey de Asor. Asor se interpreta: palacio. Por tanto, toda la tierra es el palacio de este rey, que posee el principado de toda la tierra como sobre un palacio. ¿Quieres ver cómo su palacio es la tierra? En los evangelios está escrito que el fuerte duerme seguro en su palacio, hasta que llega uno que es más fuerte, lo ata y se lleva lo que posee (cf. Mt 12,29). Por ende, el rey del palacio es el príncipe de este mundo (cf. Jn 16,11).

El diablo es el rey de las amarguras

2.4. Jabín envió (un mensaje) a Iobac; porque Jabín fue quien mandó (mensajes) a todas las naciones y las invitó a la guerra. Envió (un mensaje) al rey de Marón. Iobac se traduce: enemistades; Marón: amarguras. En consecuencia, el diablo mandó (un mensaje) a otra potencia enemiga, que sin duda era el refugio de los ángeles (rebeldes), al rey de la fuerza de la amargura. Esto es, al autor, al que impulsa la obra de la que provienen todas las amarguras y asperezas que, en este mundo, se infligen a los míseros mortales. Son estas los diversos géneros de pecados. Porque nada puede ser más amargo que el pecado, incluso aunque al principio parezca dulce, como lo escribió Salomón: “Lo que, en los inicios, dice, parecía dulce, al final lo hallarás más amargo que la hiel, y más cortante que una espada afilada” (Pr 5,3. 4). En cambio, la justicia es diversa. Al inicio parece amarga, pero al final se la encuentra más dulce que la miel, cuando produce el fruto de la virtud. Mandó entonces el diablo (un mensaje) a Iobac, el enemigo, el rey de la amargura.

Dos formas de escuchar

2.5. Envió también (un mensaje) al rey Simeón, que se traduce: escuchar. Pero se advierte que se puede escuchar de dos formas. A veces, parece que Dios escucha al hombre, por ejemplo, cuando Simeón, uno de los patriarcas, recibió su nombre porque Dios había escuchado las oraciones de su madre (cf. Gn 29,33). Pero se dice asimismo escuchar cuando alguien oye el mandato del diablo. Porque el diablo acostumbra a decir: “Si postrándote me adoras, te daré todas las cosas”. Mas si tú sigues a Jesús le dirás: “Adoraré al Señor Dios, a Él solo serviré” (Mt 4,9-10). Y aquellos que están de su lado escuchan al diablo, como también ahora hizo este Simeón: escuchó y fue a combatir contra Jesús.

¡Todo fluye!

2.6. Un mensaje fue también enviado al rey Zif. Y Zif se traduce: ¡cómo fluye!, cual una expresión de admiración. Porque en verdad hay que asombrarse de cómo todas las cosas fluyen, las que están en este mundo, las carnales, cómo fluyen y son caducas; las que entre los hombres infieles son consideradas permanentes y perpetuas. Pero quien considera la razón de las cosas y de esta vida, que se creen y se miran buenas, cómo siempre se mueven y pasan, este dice: ¡cómo fluye! 

Caza y cazador

2.7. El diablo también llama contra los hijos de Israel a los que están cerca de la gran Sidón (cf. Jos 11,8). Yo me detenido alguna vez en Sidón, pero nunca he encontrado dos Sidón, una grande y otra pequeña, en cuanto concierne al lugar terreno. Pero si me vuelvo hacia la interpretación del nombre, que significa cazadora o cazadores, veo que, entre los adversarios de las virtudes, entre los cuales hay muchas diferencias: están los cazadores de pequeñas presas y los de grandes presas. Es decir, algunas almas se dejan engañar por pequeños pecados, otras por grandes faltas. Por ejemplo, cuando el alma se deja atrapar por las voluptuosidades y las delicias de la carne, hay que decir que es capturada como una pequeña presa. En cambio, cuando niega la Providencia o rinde culto a los demonios en vez de a Dios, esto debe ser considerado como una presa de caza mayor. Por eso ahora el diablo manda (un mensaje) a Sidón la Grande, a fin de que se reúna para una gran cacería contra los hijos Israel. 

Pensamientos contra la ciencia de Dios e insidias 

2.8. Envía (un mensaje) también a la montaña. Montaña se comprende: todos los pensamientos que se elevan y se alzan contra la ciencia de Dios (cf. 2 Co 10,5).

2.9. Envía asimismo (un mensaje) a la Arabá. Y Arabá se traduce: insidia. Por tanto, invitó a las potencias insidiosas para que, no atacaran a las almas humanas con fuerza y abiertamente, sino que cayeran sobre ellas con insidias y astucias. Acaso son aquellas sobre las que el profeta dice: “Se insidian en lo oculto, como el león en su guarida, se insidian para secuestrar al pobre” (Sal 9,30 [10,9]). Pero si se es como Pablo, confiadamente diga: “No ignoramos sus astucias” (2 Co 2,11). 

Como lucernas

2.10. Envió también (un mensaje) a Ceneroth. Y Ceneroth se traduce: como lucernas; no lucernas, sino como lucernas. Porque una cosa es lucerna, otra como lucerna. Juan era una lucerna ardiente (cf. Jn 5,35), porque era un ángel de luz. En cambio, es como lucerna aquel que se disfraza en ángel de luz (cf. 2 Co 11,14). Y si todavía quieres conocer más evidentemente las diferencias entre lucernas y como lucernas, que están en Ceneroth, oye al Salvador diciendo a sus discípulos: “Estén sus lomos ceñidos y sus lucernas ardiendo” (Lc 12,35). Por tanto, son estas (lucernas) la que, en la Iglesia, enseñan la fe católica e iluminan al pueblo de Dios con la palabra de la verdad. Pero esos que enseñan dogmas heréticos con afirmaciones falsas (tomadas) de los testimonios de la santas Escrituras, estos pareciera que encienden lucernas porque leen las Escrituras, pero puesto que usan falsas afirmaciones, no son lucernas, sino como lucernas.

La conversión hacia Dios 

2.11. Envió también (un mensaje) a los campos. Porque era necesario llamar en su ayuda a los que están en los campos y gustan las cosas bajas y terrenas.

2.12. Y también envió (un mensaje) a Fanaendor, que se traduce por: conversión. La conversión se comprende de dos formas. Pues está la conversión por la que uno se convierte hacia Dios, o es convertido por Dios hacia los bienes. Pero hay asimismo otra conversión, que es la del rey Jabín, esto es: el diablo que convierte las almas hacia él, como ya lo expusimos también sobre Simeón (cf. § 2.5). La cual hay que pensar es aquella conversión que les sucedió a los gálatas, sobre la que dice Pablo: “Corrían bien, ¿quién los ha detenido?” (Ga 5,7). Esto es, ¿quién los ha apartado del camino bueno y de la vía recta?

Cananeos y amorreos

2.13. Mandó (mensaje) también a los que estaban en los lugares marítimos, vecinos a las corrientes de los cananeos, que se traduce: agitación; esto es, a quienes siempre se agitan fuertemente con muchos movimientos y fluctuaciones. Y a los marítimos amorreos, que se interpretan: hacerse amargos; los cuales son semejantes a aquellos sobre quienes ya discurrimos (cf. § 2.4).

No temamos a los demonios 

3.1. Tal es, por tanto, la lista de toda la milicia de los ejércitos invisibles, que fueron congregados por el rey Jabín, para atacarnos a nosotros que seguimos a Jesús, Jefe y Salvador nuestro. ¿Pero qué dice el Señor? “No les temas, dice, porque mañana a esta hora los entregaré en tus manos” (Jos 11,6). Veo que hoy no podemos aplastarlos a todos ni aniquilarlos a todos, pero mañana perecerán, esto es, después de la consumación de este siglo.

Conclusión de la homilía

3.2. Entonces todas las fuerzas contrarias serán destruidas y entonces serán enteramente vencidas. Cuando veas esto: que dice a los que están a la izquierda: “Vayan al fuego eterno, que Dios ha preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt 25,41). Porque entonces también nosotros, si vencimos y pudimos triunfar siguiendo al Jefe Jesús, recibiremos el reino que ha preparado el Padre para sus santos y para los que (obedecieron) sus mandamientos y cumplieron toda justicia (cf. Mt 3,15), por el mismo Jesucristo nuestro Señor, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén (cf. 1 P 4,11).