OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (588)

La Última Cena

1335-1339

Londres

Orígenes, Veintiséis homilías sobre el (libro) de Josué

Homilía III: Las medias tribus (Jos 1,13 ss.). La casa de Rahab (Jos 2,1 ss.)

Introducción

La posesión de la tierra que mana leche y miel, venciendo a sus antiguos ocupantes, es vista como un símbolo de la victoria de Jesucristo sobre los poderes adversos. Los cuales son sometidos no por Moisés, sino por Jesús (§ 2.6).

El envío de los exploradores, y su recepción por parte de Rahab, es figura de la actividad del Precursor, san Juan Bautista; él no fue recibido por los escribas y fariseos, pero sí por las meretrices y los publicanos (§ 3.1).

La Iglesia de Cristo está formada por pecadores y pecadoras. Su amplitud la debe mantener alerta a no cerrar sus puertas, a ser acogedora, a fin de recibir a todo ser humano que busque a Cristo (§ 4.1).

Texto

Jesús vence a una multitud de poderes adversos y ocupa la tierra santa

2.6. Por la misma razón se dice que no abatieron muchos enemigos ni muchos reyes de los poderes contrarios. Solo vencieron, dice (la Escritura), a Seón, rey de los amorreos (cf. Nm 21,21 ss.)[1], a Og, rey de Basán y a los amalecitas, del otro lado del Jordán. Pero cuando Jesús condujo el ejército, entonces cinco reyes cayeron simultáneamente, que se habían refugiado en cuevas, y no solo cayeron, sino que también fueron suspendidos del madero (cf. Jos 10,5. 16-26); y veintinueve (cf. Jos 15,32) adversarios fueron igualmente degollados, e inmensas multitudes del ejército adversario fueron todas abatidas y exterminadas (cf. Jos 11,4 ss.); las que mantenían la tierra santa en la impureza, y retenían la tierra que mana leche y miel en la amargura de la malicia.

Los exploradores y la meretriz

3.1. Entre tanto fueron enviados exploradores a Jericó por Jesús, y fueron recibidos por la meretriz Rahab (cf. Jos 2,1 ss.). Estos exploradores, que fueron enviados para preceder a Jesús, pueden ser considerados ángeles de Dios, como está  escrito: “He aquí que envío a mi ángel delante de ti[2], que preparará mis caminos” (Mt 11,10; Mc 1,2; cf. Ml 3,1). Lo que por otros es hecho de modo invisible, en cambio, por Juan se realiza visiblemente; puesto que eso fue escrito de él. Por otra parte, sobre el bautismo de Juan, el Señor dice que los escribas y fariseos no creyeron en él, pero “las meretrices y los publicanos creyeron” (cf. Mt 21,32), y fueron bautizados. Por tanto, también esta palabra se cumple cuando la meretriz recibe a los exploradores, por los cuales fue liberada de la muerte de todo el pueblo enemigo[3].

La amplitud de la Iglesia

4.1. Pero veamos al fin quién sea esta meretriz. Se la llama Rahab[4], pero Rahab se interpreta amplitud. Por tanto, ¿de qué amplitud se trata sino de esa Iglesia de Cristo que es reunida de entre los pecadores como así también de la prostitución? Y dice: “Estrecho es el espacio para mí, hazme un lugar donde habitar. ¿A estos quién me los crió?” (Is 49,20-21). Y de nuevo se le dice: “Dilata tus estacas, y extiende tus carpas[5]” (cf. Is 54,2). Esta es, por consiguiente, la amplitud que recibió a los exploradores de Jesús.



[1] Pero la Biblia es menos precisa en los detalles (cf. SCh 71, p. 135, nota 1).

[2] Lit.: ante tu rostro (ante faciem tuam).

[3] Este párrafo no es de fácil comprensión. “Para Orígenes la misión y la función de los ángeles, es precisamente la de preparar los caminos de Cristo en el alma de los fieles. La misión de los exploradores (que llama enviados, aggeloi, aunque el término no se encuentre en el texto de los LXX) le sugiere inmediatamente la noción de ángel; cuya misión visible, era la del enviado por excelencia, Juan Bautista, a quien el evangelista (Mc 1,2) aplica la palabra del profeta: He aquí que envío mi ángel delante de ti… Para Orígenes, Juan Bautista es un ángel encarnado para preparar la gran encarnación, la de Cristo…” (SCh 71, pp. 136-137, nota 1).

[4] Raab en la traducción de Rufino, y en la LXX.

[5] LXX: ensancha el espacio de tu tienda y de tus cortinas (mismo texto en la Vulgata).