OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (563)

El sueño de san José

1262

Hromkla, Armenia

Orígenes, Veintiocho homilías sobre el (libro) de los Números

Homilía XXVI (Nm 31—32)

El pacto con las tribus de Rubén y Gad

5,1. Sin embargo Moisés los increpa «y dice a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad: “Sus hermanos parten para la guerra, ¿y ustedes se van a quedar aquí?¿Y por qué pervierten el corazón de los hijos de Israel para que no pasen a la tierra que el Señor les da?”» (Nm 32,6-7). Y, cuando lis increpó con palabras semejantes, dice (la Escritura) que «se acercaron a él los hijos de Rubén y los hijos de Gad y decían: “Dispondremos aquí apriscos para los rebaños y el ganado y ciudades para nuestros enseres, y nosotros, armados, iremos en vanguardia, delante de los hijos de Israel, hasta que los llevemos a su lugar”» (Nm 32,16-17). Y al prometer esto, calmaron a Moisés, de modo que se los encomendó a Jesús y a Eleazar. Puesto que así está escrito: «Y se los confió Moisés al sacerdote Eleazar y a Jesús, el hijo de Nave, y a los príncipes de las familias de las tribus de Israel. Y les dijo Moisés: “En el caso de que pasen con ustedes el Jordán los hijos de Rubén y los hijos de Gad, cada uno de ellos armado para la guerra en presencia del Señor, y obtuviesen la tierra que está ante sus ojos, les darán en posesión la tierra de Galaad”» (Nm 32,28-29).

Los vocablos tierra y árida en la Sagrada Escritura

5.2. El nombre de la tierra lo encontramos utilizado en las Divinas Escrituras con diversos significados. El primero, esta tierra que habitamos, no llamada tierra desde el comienzo, sino árida[1]; y, después de esto, la que antes había sido llamada árida, recibió el nombre de tierra (cf. Gn 1,9-10); como también este cielo visible no se llamó desde el principio cielo, sino primero firmamento, (y) después tomó también el nombre de cielo (cf. Gn 1,7-8). Sin embargo, se dice que en el principio de la creación, hizo Dios el cielo y la tierra (cf. Gn 1,1), después la árida y luego el firmamento. ¿Quieres saber que una cosa es en las Escrituras árida y otra tierra? Oye al profeta Ageo, que dice: “Todavía una vez más yo moveré el cielo y la tierra, el mar y la árida” (Ag 2,6). Ves cómo el profeta pone en un caso tierra y en otro árida.

Estimular los ánimos para dar frutos abundantes de vida espiritual

5.3. Pero también en otros muchos lugares de la Escritura encontramos que se menciona la tierra de modo laudable, mientras que no nos es fácil leer que se ponga la árida de modo elogioso. Puesto que Adán después del pecado, como culpable, es expulsado a este lugar que se denomina árida. Porque antes no estuvo en la árida, sino en la tierra; el paraíso, en efecto, no está en la árida, sino en la tierra (cf. Gn 2,8; 3,17-18. 23). Pero también a los mansos, lo que promete el Señor en el Evangelio, no es la árida, sino la tierra. Dice, en efecto: “Dichosos los mansos, porque ellos heredarán la tierra” (Mt 5,4). También en el Evangelio la semilla que da fruto de ciento, sesenta y treinta (cf. Mt 13,18. 23), se dice que está en la tierra, no en la árida. Y pienso que se dé un cierto progreso para pasar de la árida a la tierra, como hubo cierto progreso para que esta árida se llamara tierra. Porque todos nosotros mientras somos infructuosos, al no dar ningún fruto de justicia, ninguno de pureza (y) ninguno de piedad, somos árida. Si, en cambio, empezásemos a cultivarnos a nosotros mismos y a estimular los ánimos perezosos hacia las mieses de las virtudes, de árida nos volveríamos tierra, que recibe las semillas de la palabra de Dios y las multiplica en mieses alegres.

La tierra de los vivientes

5.4. Hay, por tanto, también en el reino de Dios cierta tierra que se promete a los mansos (cf. Mt 5,4), tierra que se denomina de los vivientes (cf. Sal 141 [142],6), y tierra puesta en las alturas, sobre la cual dice el profeta al justo: “Y te exaltaré, para que heredes la tierra” (Sal 36 [37],34). El alma que cree en Dios consigue, por consiguiente, la heredad de esta tierra, después de que haya salido del Egipto de este mundo. De un lado (están) los que vivieron bajo la Ley; y de otro, los que recibieron la fe y la gracia por Jesucristo. Sin embargo, ésos que aparecen los primeros y que (son) dispensados por Moisés, no consiguen antes la heredad que les ha sido asignada, a no ser que pasen con aquéllos a los que Jesús dispensa, y luchen con ellos contra los enemigos y los coloquen en sus asentamientos, y así consigan ellos mismos la heredad que, conducidos por Moisés, han merecido.



[1] O: suelo firme, en nuestra versiones modernas de la Biblia.