OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (442)

Cristo entrega a Pedro una llave

Hacia 1410-1420

Bologna, Italia

Orígenes, Veintiocho homilías sobre el (libro) de los Números

Homilía V (Nm 4, 1-49)

El conocimiento en espíritu de las realidades de la primera Alianza

1.3. Y, para que comprendas todavía más claramente las cosas que se dicen, te instruiremos utilizando ejemplos (tomados) de los divinos libros. Moisés, sin duda, comprendía cuál era la verdadera circuncisión (cf. Rm 2,26 ss.), comprendía cuál era la verdadera Pascua (cf. 1 Co 5,7), sabía cuáles eran los verdaderos novilunios y cuáles eran los verdaderos sábados (cf. Col 2,16-17); y, aunque conocía todo esto espiritualmente[1], sin embargo las velaba en las palabras con las imágenes y esbozos de las cosas corporales; y, aunque sabía que Cristo era la verdadera Pascua que debía ser inmolado (cf. 1 Co 5,7), mandó inmolar en la Pascua una oveja corporal (cf. Ex 12,3); y sabiendo que el día de la fiesta debe celebrarse con los ácimos de la sinceridad y de la verdad (cf. 1 Co 5,8), sin embargo mandaba (usar) ácimos de harina (cf. Ex 12,8). Por consiguiente, estas y de este modo eran (las cosas) del Santo de los Santos, que, cuando las entregó Moisés a los otros para que las llevaran, esto es, para cumplir con realidades y obras, con todo, las entregaba cubiertas en la proclamación oral con el velo común de las palabras. Pero que las espaldas sirvan para significar las obras, lo hemos mostrado a menudo (cf. Homilías sobre los Números, IV,3) en muchos lugares de la Escritura.

Misterios y símbolos de nuestra fe 

1.4. Pero también hay algunas cosas semejantes en las observaciones eclesiásticas, que ciertamente todos deben hacer, sin que la razón de ellas sea patente a todos. Puesto que, por ejemplo, el que doblemos las rodillas al rezar y que, de todas las regiones del cielo, sólo pronunciemos nuestra oración vueltos hacia la parte del Oriente, pienso que no será fácil a cualquiera averiguar la razón. Otro tanto respecto de la Eucaristía, ya sea para comprenderla o para explicar el rito por el que se realiza; o de las cosas que se realizan en el bautismo: palabras, gestos y el ordenamiento, preguntas y respuestas, ¿quién podría explicar fácilmente su razón? Y sin embargo todas estas cosas, aunque las llevamos cubiertas y veladas sobre nuestros hombros, cuando las cumplimos y realizamos así, las recibimos como entregadas y encomendadas por el gran pontífice y sus hijos. Por tanto, cuando ponemos en práctica todas estas cosas y otras semejantes sin conocer su sentido, cargamos sobre nuestros hombros y llevamos cubiertos y velados los divinos misterios, a no ser que haya entre nosotros un Aarón o unos hijos de Aarón, a los que se les concede contemplar estas realidades abierta y desveladamente. Sin embargo, se les concede así, a condición de que sepan velarlas y cubrirlas, cuando haya que darlas a otros y proponerlas (como) una obra a realizar[2].

Obras y obras de obras

2.1. Después de esto, se dice sobre los levitas que ejerzan (como tales) desde los veinticinco años y más, hasta los cincuenta (cf. Nm 4,47; 8,24). “Todo, dice (la Escritura), el que se ejercita para la obra de las obras y para las obras que se transportan del tabernáculo del Testimonio” (Nm 4,47). Observa en esto la diferencia de vocablos de la divina Escritura. Donde se habla de las obras de los hijos de Israel, no dice obras de obras, sino sólo obras; donde en cambio (trata) de los oficios de los levitas, no dijo sólo obras, sino obras de obras. Porque como hay (objetos) santos, pero también están los santos de los santos, así hay ciertas obras y otras (que son) obras de obras. Por ello me parece que Moisés, considerando que ciertamente existen ciertas obras visibles, pero en las cuales se halla otro sentido interior, místico y oculto, ha denominado a éstas no sólo obras, sino obras de obras; mientras que a lo que consideró sólo común y (propio) del tiempo presente, a esto lo ha denominado sólo obras. Hay, por tanto, ciertas obras de obras, que a mi juicio, son todas ésas de las que en esta lectura o en el Éxodoy demás lugares se prescriben bajo ocultos misterios y que han de llevarse a cabo en parte en el presente y en parte en el futuro. Sin embargo, como hemos dicho, se manda que las obras de obras no se entreguen a cualquiera, sino sólo a los levitas.



[1] Lit.: en espíritu (in spiritu).

[2] Texto latino de no fácil traducción: et in opus proferri ratio poposcerit.