OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (375)

La Ascensión de Cristo

Siglo XVI

Evangeliario

Etiopía.

Orígenes, Dieciséis homilías sobre el Levítico

Homilía VII: La prohibición de beber vino y bebidas fermentadas a Aarón y sus hijos cuando ofician en la carpa del encuentro

Presentación de los temas que se tratarán a continuación

3. Muchas otras cosas también se han leído. Pero puesto que no podemos (tratar) todo, tenemos que elegir sobre qué temas debemos hablar. Y ya que, según nuestras fuerzas, dijimos qué sea beber y no beber vino, ahora veamos también qué sea comer “el pecho separado y el hombro[1] reservado” (cf. Lv 10,14). Y después de esto trataremos sobre los alimentos o los animales puros e impuros, en cuanto Dios nos lo conceda y haya espacio de tiempo[2].

Dice entonces la Escritura: “El pecho separado y el hombro reservado[3] los comerás en un lugar santo (cf. Lv  24,9), tú, tus hijos y tu casa contigo; porque te es dado (como) lo debido para ti y lo debido para tus hijos de los sacrificios salutíferos de los hijos de Israel, el hombro reservado y el pecho separado” (Lv 10,14-15). No todo pecho es un pecho separado, ni todo hombro (es) reservado o es un hombro separado. Pero ya que atribuimos (la función) de pontífice a la persona de mi Señor Jesús y a sus santos apóstoles, veamos de qué modo Él mismo y sus hijos ciertamente comen el pecho separado, pero los otros, no todos pueden comer el pecho separado.

Sentido espiritual de comer “el pecho separado”

¿Qué es entonces lo que se separa de todas las cosas y nada tiene en común con las demás, sino solamente la sustancia de la Trinidad? Por tanto, si comprendo la disposición del mundo, en cambio no puedo tener asimismo una comprensión de Dios que sea digna de Él, ni por qué el conocimiento de Dios me fue revelado, (y) comeré sin duda un pecho, pero no el pecho separado. Incluso si puedo decir: “Que, en efecto, Él mismo me ha dado el conocimiento verdadero de todo lo que existe, para conocer la disposición del mundo y el poder de los elementos, el inicio, el fin y la mitad de los tiempos, la mutación de las alternancias, el retorno de las estaciones, los círculos de los años y las posiciones de las estrellas” (Sb 7,17-19), (tener) conocimiento de todas estas cosas es racional, (es) comer un pecho, pero no el pecho separado. En cambio, si puedo comprender (las realidades) sobre Dios, qué grandes, qué santas, qué verdaderas y misteriosas son, entonces comeré el pecho separado, cuando conozca esto que es superior y está separado de toda criatura. Por consiguiente, primero comió este pecho ése, mi verdadero pontífice. ¿De qué forma lo comió? “Nadie, dice, conoce al Padre, sino el Hijo” (Mt 11,27). En segundo lugar lo comen también sus hijos (cf. Lv 10,14). “Porque, dice, nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 11,27). Pero, ¿a quiénes otros se lo revela sino a sus apóstoles?

Significado espiritual del hombro separado o reservado

Pero también el hombro separado o reservado, como asimismo lo dijimos más arriba, son las acciones y las obras superiores a las otras, las que verdaderamente mi Salvador y Señor realizó él primero. ¿Cómo las realizó? “Mi comida, dice, es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra” (Jn 4,34). Cuando, por tanto, hace la voluntad del que le envió, en esto come no el pecho, sino el hombro separado. De modo similar también sus apóstoles, cuando hacen la obra de evangelistas y se convierten en “operarios que no tienen de qué avergonzarse, tratando rectamente la palabra de la verdad” (cf. 2 Tm 2,15), comen el hombro separado o reservado. Todavía quieres ver más claramente cómo el Salvador come el hombre separado? Oye lo que dice a los judíos: “Si hago, dice, entre ustedes las obras que ninguno otro hace, ¿por cuál de ellas quieren matarme?” (cf. Jn 10,32). Ves de qué modo Él mismo verdaderamente come el hombro separado, Él que hizo obras tan especiales y tan sublimes que ningún otro hizo.



[1] Lit.: brazo (bracchium, o: brachium), que traduce el término griego utilizado por la LXX: brachíon. En la mayor parte de las Biblias la traducción castellana que encontramos es: pierna (la pierna del tributo o de la ofrenda). Hemos mantenido la opción, también seguida por el traductor de SCh, de verter el término latino por “hombro”, ya que en la presente homilía (ver más abajo) se lo presenta como símbolo de las acciones y las obras (cf. asimismo Hom. V,12).

[2] Temporis spatium fuerit.

[3] Ablatio: acción de quitar, o de poner aparte.