OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (264)

La Transfiguración

Hacia 1200

Evangeliario

Nicea o Nicomedia, Turquía

CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, ÉCLOGAS PROFÉTICAS 

Tercera parte (51-57): la progresiva divinización del alma

   Significados de los cielos

51.1. “Los cielos pregonan la gloria de Dios” (Sal 18 [19],2a). Los cielos significan muchas cosas; se refieren (lit.: según) a la distancia y al curso [que tienen], y (están relacionados) [lit.: según] con la alianza, constituyendo una energía de los ángeles creados en primer lugar, porque con la muy soberana parusía de los ángeles (cf. Ga 3,1; Hb 2,2) fueron introducidas las alianzas de Adán, Noé, Abrahán y Moisés (cf. Gn 3,17-19; 9,1-17; 17,1-21; Ex 20,1-26).

51.2. Movidos, entonces, por el Señor, los ángeles que fueron creados en primer lugar emitieron (lit.: actuaron) [las alianzas] a los ángeles próximos (y) a los profetas, pregonando (o: narrando) “la gloria de Dios” (Sal 18 [19],2a). Pero también las obras hechas sobre (lit.: según) la tierra por los ángeles, lo fueron por medio de los ángeles creados en primera lugar para “gloria de Dios” (Sal 18 [19],2a)

Significados de los cielos (continuación)

52.1. Son llamados cielos (cf. Sal 18 [19],2a) principalmente el Señor, pero además también (los ángeles) creados en primer lugar y después los hombres santos antes de la Ley, como los patriarcas, Moisés y los profetas, y después [de la Ley], los apóstoles.

52.2. “El firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal 18 [19],2b). Llama firmamento a Dios impasible e inmutable, como en otros lugares [dice] el mismo David: “Te amaré, Señor, fortaleza mía, Señor, mi firmamento y mi refugio” (Sal 17 [18],3; 18 [19], 2b).

52.3. Así, por tanto, el firmamento mismo anuncia la obra de sus manos, es decir, indica y muestra la obra de sus ángeles, porque anuncia e indica a los que [Él] creó.

Día y noche: sus simbolismos

53.1. “El día al día transmite la palabra (o: el mensaje)” (Sal 18 [19],3a). Como que los cielos [transmiten el mensaje] de muchas maneras, así también el día. Y Palabra (cf. Jn 1,1) (es) el Señor, y Él mismo es llamado día en muchos (pasajes) [cf. Gn 1,5; Jn 1,9; Rm 13,12; 2 P 1,19).

53.2. “Y una noche anuncia a otra noche la gnosis” (Sal 18 [19],3b La noche es el demonio). El diablo sabía que el Señor vendría, pero no conocía que fuera Jesús; por eso también le tentó (cf. Mt 4,1-11; Mc 1,12-13; Lc 4,1-13), para conocerlo; como [Cristo] es poderoso, también dice [el evangelista]: “[El diablo] se apartó de El hasta el tiempo oportuno” (Lc 4,13); es decir, aplazó el hallazgo hasta la resurrección. Porque sabía que el que habría de resucitar era el Señor.

53.3. De igual manera también los demonios, puesto que también sospechaban que Salomón fuera el Señor, pero reconocieron que no lo era cuando pecó (cf. 1 R 11,4-13).

53.4. “Una noche a la otra noche” (Sal 18 [19],3b); todos los demonios sabían que el Señor era el que resucitó después de la pasión. Pero a continuación también dice Enoc que los ángeles transgresores enseñaron a los hombres la astronomía, la adivinación y otras artes (cf. 1 Henoc 7,1-8,3).

Día y noche: simbolismos (continuación)

54.1. “Sin discurso ni palabras, como de quienes no se oyen sus voces” (Sal 18 [19],4), ni de los días ni de las noches. “Por toda la tierra se esparce su voz” (Sal 18,5a).

54.2. Se refiere sólo a los santos, a los que ha llamado cielos y días.

Sobre los astros

55.1. Los astros, cuerpos espirituales, que están en el gobierno con los ángeles que están relacionados, no (son) causa de la generación, sino indicios (o: señales) de las realidades presentes, futuras y pasadas sobre las direcciones de los vientos (o: los cambios de climas), sobre la fertilidad y la esterilidad, sobre las pestes y las fiebres, y sobre los hombres.

55.2. Ni siquiera en sueños los astros producen las energías, pero señalan “lo presente, lo futuro y lo pasado” (Homero, Ilíada, I,70).

Sobre los ángeles

56.1. “Y en el sol ha puesto su tienda” (Sal 18 [19],5c). Aquí (el orden) está invertido, porque la expresión se refiere a la segunda venida [de Cristo]. Así, en consecuencia lógica (akolythía), se ha de conocer (el sentido) invertido: “Y éste, como esposo que sale de su alcoba, se alegrará, como un héroe, para recorrer su camino. Su curso (lit.: éxodo) asoma por un extremo del cielo; sin que nadie escape a su calor” (Sal 18 [19],6-7). Y así: “En el sol ha puesto su tienda” (Sal 18 [19],5c).

56.2. Ciertamente algunos, como Hermógenes, dicen que el Señor depuso su cuerpo en el sol; pero hay quienes entienden por cuerpo la carne (lit.: tienda; cf. Sb 9,15; 2 Co 5,1-4), otros que es la Iglesia de los creyentes (1 Co 1,27-28; Col 1,18. 24), mientras que nuestro [maestro] Panteno decía que “la profecía se expresaba indistintamente (o: indeterminadamente) empleando la mayoría de las veces el tiempo presente en vez del futuro y otras veces el presente en vez del pasado” (Panteno, Fragmentos, 1), que es lo que también parece en el presente caso.

56.3. Porque la expresión “ha puesto” (Sal 18 [19],5c) se aplica a la vez al pasado y al futuro; con relación al futuro, porque, cumplido el período según la situación presente (= período anterior a la segunda venida), vendrá el Señor y restituirá a [0s justos que crean, en los que reposa como en una tienda; porque serán un solo cuerpo (cf. 1 Co 12,12-13. 19) todos los de su estirpe que elijan la misma fe y justicia (cf. Ef 4,13), para restaurar la misma unidad (cf. Hch 1,6).

56.4. Pero algunos serán colocados en el sol, llenos de luz, como cabeza, y otros como ojos, otros como oídos, otros como manos, otros como pecho y otros serán como pies (cf. 1 Co 12,15-21); “brillantes como el sol” (Mt 13,43) o en el sol, como (está) el ángel arconte en el sol.

56.5. Porque ha sido colocado para presidir los días, como la luna [ha sido establecida] para dominar la noche (cf. Gn 1,16. 18); y los ángeles han sido llamados días (cf. Sal 18 [19],3a).

56.6. Mandarán junto con los ángeles, dice, que están en el sol -el sol, al ser uno, es como la cabeza del cuerpo (cf. Col 1,18)-, entonces estarán alrededor por algún período los arcontes de los días, como aquel [ángel] sobre el sol irá a algo mejor, adonde pasó el que antes había estado en ese lugar. Y de nuevo, ascendiendo según el progreso, regresarán (o: llegarán) a la primera morada (cf. Jn 14,2).

56.7. Pero según lo pasado, [el Señor] “ha puesto” (Sal 18 [19],5c) a los ángeles creados en primer lugar para que ya no sirvan, conforme a la providencia, a lo determinado, sino que estén en descanso (cf. Sal 94 [95],11; Hb 3,11. 18; 4,1. 3-6. 8. 10-11) y únicamente contemplen a Dios; y los que están próximos a ellos progresarán hasta el estado que aquéllos hayan abandonado, y de la misma manera los (que están) análogamente por debajo.

Arcángeles, ángeles y seres humanos

57.1. En verdad, según el Apóstol (= referencia desconocida), los creados en primer lugar están colocados en la cima. Probablemente son “los tronos” (Col 1,16), puesto que los creados en primer lugar siendo potencias, (porque) Dios descansa en ellos, como también en los creyentes.

57.2. Porque cada uno [de los creados en primer lugar], según su propio progreso, tiene una particular gnosis acerca de Dios, y en dicha gnosis Dios descansa, (y) quien lo ha conocido mediante la gnosis deviene eterno.

57.3. Quizá también la expresión “ha puesto su tienda en el sol” (Sal 18 [19],5c) haya que entenderla de esta manera: ha puesto “en el sol”, es decir, en Dios [Hijo], en Él [Dios Padre]; entendiendo (lit.: es decir) a Dios, como en el Evangelio [la expresión] “Elí, Elí” (Mt 27,46), en vez de “Dios mío, Dios mío” (Mt 27,46).

57.4. Y la frase “por encima de todo principado, potestad, fuerza y de todo nombre que pueda ser nombrado” (Ef 1,21) (se refiere) a quienes de hombres, se perfeccionaron (haciéndose) ángeles y arcángeles, hasta [alcanzar] la naturaleza de los ángeles creados en primer lugar.

57.5. Porque los hombres transformados en ángeles son discípulos de los ángeles durante mil años, para ser constituidos perfectos; después, los que han enseñado (o: los adoctrinados) cambian a la potestad de arcángeles, y los discípulos enseñan a los que a su vez pasan de hombres a ángeles; después, de igual manera, por períodos convenidos, son instalados en la condición angélica (que corresponde) al cuerpo (cf. 1 Co 12,12-28; Col 1,18. 24).