OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (46)

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Bautismo de Jesús
Salterio de Melisenda
1131-1143
Jerusalén
SEXTO (SEUDO), SENTENCIAS (continuación)

200. Una gran prueba muestra al hombre fiel.

201. Considera el fin de la vida, para vivir según Dios (cf. 1 P 4,6).

202. No consideres malo lo que no es vergonzoso.

203. El resultado del mal es la insolencia, y el de la insolencia la destrucción.

204. La pasión no crecerá en el corazón de un hombre fiel.

205. Cada pasión del alma es un adversario de la razón.

206. De lo que hagas movido por la pasión, te arrepentirás.

207. Las principales enfermedades son las pasiones.

208a. La maldad es una enfermedad del alma.

208b. La injusticia es la muerte del alma.

209. Considérate fiel sólo cuando hayas separado las pasiones del alma.

210a. Trata a todos los hombres como si fueras un bienhechor de la entera humanidad.

210b. Como quieres que tus prójimos te traten, también (trátalos) tú a ellos (cf. Mt 7,12; Lc 6,31).

211. Tratando mal a los hombres, te maltratas a ti mismo.

212. Una persona fiel no obra mal contra nadie.

213. Ora para que puedas hacer el bien a tus enemigos (cf. Mt 5,44; Lc 6,27-28).

214. Un hombre sabio le parece inútil a las multitudes.

215. No puedes vivir bien sin Dios.

216. Soporta todo para vivir según Dios.

217. Dios no oye la oración del hombre que no escucha al necesitado.

218. Para un filósofo otro filósofo es un regalo de Dios.

219. Honrando a un filósofo, te honrarás a ti mismo.

220. Vive como un creyente.

221. Cuando alguien te llama hijo, recuerda hijo de quién te llama.

222. Llamas Padre a Dios, recuérdalo en tus acciones (cf. 59).

223. Que tus palabras de fe estén llenas de piedad.

224. En todo lo que hagas ten a Dios ante tus ojos.

225. Es terrible confesar a Dios como Padre haciendo algo vergonzoso.

226. El que no ama a un sabio, no se ama a sí mismo.

227. Que el filósofo no considere ningún bien como propio.

228. Es impío para quienes comparten a Dios, y (Dios) como Padre, no compartir los bienes.

229. Quien no valora al filósofo es desagradecido con Dios.

230a. Se te permite renunciar al matrimonio para que vivas como un compañero de Dios.

230b. Contrae matrimonio y ten hijos sabiendo que ambos son difíciles; si sabes esto, como sabes que una batalla puede ser ardua pero tú serás valiente, entonces cásate y ten hijos.

231. Todo (marido) intemperante es un adúltero con su esposa.

232. Nada hagas sólo por el placer sensual.

233. Debes saber que eres un adúltero, aunque sólo pienses en cometer adulterio. Y que tu proceder sobre todo pecado sea el mismo.

234. Al llamarte a ti mismo creyente, confiesas que no pecarás contra Dios.

235. Considera la modestia como la disciplina de la mujer creyente.

236. Un hombre que se divorcia de su esposa reconoce que ni siquiera es capaz de gobernar a una mujer.

237. Una mujer modesta es la gloria del esposo.

238. Respetando a tu esposa, conservas su respeto.

239. Que el matrimonio de los creyentes sea una lucha por la moderación.

240. Si dominas el estómago, también dominas los deseos sexuales.

241. Ten cuidado de la aprobación de los no creyentes.

242. Lo que recibes gratuitamente de Dios, también entrégalo gratuitamente (cf. Mt 10,8).

243. No hallarás una multitud de creyentes, porque la bondad es poco frecuente.

244. Después de Dios, honra al sabio.

245. Cuando te corrigen para que seas sabio, agradece a quienes te corrigen.

246. El que es incapaz de soportar a un sabio, tampoco puede soportar la bondad.

247. Queriendo ser fiel, ante todo no peques, pero si lo (haces), no (cometas) el mismo pecado dos veces (cf. Si 7,8).

248. No estudies una ciencia que es indigna de Dios.

249. Reconoce que el exceso de estudio es superfluo para el alma.

250. Es un hombre sabio el que examina las cosas de Dios de una manera digna.

251. Sin aprender no puedes amar a Dios; abraza aquello (el aprender) como necesario.

252. El hombre sabio ahorra su tiempo.

253a. Utiliza tu libertad de lenguaje con cautela.

253b. Para el sabio también el dormir es cuestión de temperancia.

254. Te afligirás más por los niños que viven mal que por los que (ya) no viven.

255. No podemos controlar la duración de la vida, pero podemos controlar si vivimos bien.

256. Los niños que no creen, no son niños.

257. El hombre de fe soporta la perdida de los hijos con acción de gracias.

258. No consideres a alguien filósofo si no confías totalmente en él.

259. No permitas que un filósofo sea calumniado.

260. Preocúpate por ser un bienhechor de la comunidad humana.

261. Considera incluso el justo castigo de alguien como abominable.

262. Si deseas vivir felizmente no hagas muchas cosas; porque ocupándote de muchas cosas, las harás mal.

263. No recojas más de lo que has depositado (cf. Platón, Leyes, 913c), porque no podrás vivir autosuficientemente.

264a. Deja tus posesiones para seguir la recta enseñanza (cf. Mt 19,21; Mc 10,21; Lc 18,22).

264b. Serás libre de todas las cosas sirviendo a Dios (cf. Mt 19,21; Mc 10,21; Lc 18,22).

265. Deja de comer deseando (comer) más.

266. Comparte tu comida con todos.

267. Para alimentar al pobre también es bueno ayunar.

268. Que toda bebida te sea placentera.

269. Pero cuídate de la ebriedad como de una locura.

270. El hombre dominado por su estómago es como un animal.

271. Nada bueno procede de la carne (cf. Rm 7,18; Ga 6,8).

272. La dulzura de un placer vergonzoso rápidamente se va, pero el reproche permanece.

273. Verás hombres que, para mantener el resto de sus cuerpos sanos, cortan sus extremidades y las arrojan; ¿no es mejor hacer eso por causa de la temperancia?

274a. Considera el dominio del cuerpo la ciencia más importante.

274b. La posesión de bienes no detendrá el deseo de posesiones.

275. No existe nada que prive a un filósofo de su libertad.

276. Considera los placeres inevitables como necesarios.

277. Todos oran para tener cosas buenas, pero los que verdaderamente participan en la razón divina las adquieren.

278. Como filósofo sé grave más que burlón.

279. Que tu ironía sea rara y oportuna.

280a. La risa inmoderada es un signo de negligencia.

280b. No te permitas más disipación que una sonrisa (cf. Si 21,20).

281. Muéstrate más bien serio que disipado.

282. Que tu vida sea un combate por la rectitud.

283. Es mejor no pecar, pero si pecas es mejor reconocerlo que ignorarlo.

284. Un filósofo no es un fanfarrón.

285. Considera grande la sabiduría porque puedes ayudar a superar la falta de educación de los ignorantes.

286. Considera vergonzoso, como una persona razonable, ser alabado en público.

287. Las almas de los sabios tienen un deseo insaciable de venerar a Dios.

288. Lo que hagas, hazlo bajo la dirección de Dios.

289. Piensa en Dios más continuamente que lo que respiras.

290. Lo que haya que hacer (hazlo) sólo con instrucción, no lo hagas sin instrucción.

291. No ames la carne.

292. Después de Dios ama a un alma buena.

293. Poder soportar la ira de los familiares va de acuerdo con la filosofía.

294. La temperancia es la riqueza del filósofo.

295. No juzgues que algo es bueno si no puedes compartirlo con otros ni dejarlo tú mismo.

296. Nada que no se comparte es bueno.

297a. No consideres un pecado menor que otro.

297b. Considera todo pecado un sacrilegio.

298. Así como deseas ser alabado por tus éxitos, también espera ser culpado por tus pecados.

299. Desdeña los reproches de aquellos cuyas alabanzas desprecias.