OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (35)

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Nacimiento y anuncio a los pastores
Salterio
Primer cuarto del siglo XIII
Oxford (Inglaterra)
TACIANO, DISCURSO CONTRA LOS GRIEGOS (conclusión)

Taciano habla como testigo

35. Ahora bien, todo esto se los expongo, no porque lo haya yo sabido de otros, sino que he recorrido muchas tierras, enseñé como sofista sus propias doctrinas y he podido examinar muchas artes e ideas; y, finalmente, viviendo en Roma, pude examinar detenidamente la variedad de estatuas llevadas por ustedes allí. Porque no trato yo, como acostumbra la mayoría de la gente, de confirmar mis doctrinas con opiniones ajenas, sino que sólo quiero escribir sobre aquello que personalmente he comprendido. Por ello justamente, dando un adiós a la altanería de los romanos y a la fría palabrería de los atenienses, y a los incoherentes sistemas de su filosofía, me adherí finalmente a nuestra filosofía bárbara. Había empezado a escribir cómo es ella más antigua que sus instituciones, pero lo pospuse debido a los requerimientos de mi exposición. Ahora que tengo tiempo, trataré de hablar de sus doctrinas. No se impacienten con nuestra cultura ni se involucren en controversias necias y difamatorias contra nosotros, diciendo: “¡Taciano va más allá que los griegos y las innumerables hordas de filósofos con sus doctrinas bárbaras recién inventadas!”. Pues, ¿qué tendría de malo que hombres que han demostrado ser ignorantes fueran convencidos por otro que hace poco padeció su misma enfermedad? ¿Qué habría de absurdo, en las palabras de su propio sofista, en “hacerse viejo aprendiendo siempre algo” (Solón, fragmento 22; ed. E. Diehl, Leipzig 1937)?

Testimonio de los caldeos sobre la antigüedad de Moisés

36. Concedamos que Homero haya vivido, no después de la guerra de Troya, sino en el tiempo mismo de ella y hasta que haya combatido en el ejército de Agamenón y, en fin, si alguno tiene gusto en ello, que naciera antes de la invención del alfabeto; entonces aparecerá claro que el anteriormente mencionado Moisés es en muchos años más antiguo que la toma de Troya y muy anterior a la misma fundación de esa ciudad, de Tros y de Dárdano. Para demostrarlo, me valdré de testigos caldeos, fenicios y egipcios. ¿Es necesario que diga algo más? Si alguien afirma ser suficientemente convincente, tiene que hacer las explicaciones a sus oyentes más breves que Beroso, el babilonio, sacerdote que fue del dios de los babilonios, Belo. Beroso vivió en tiempos de Alejandro y escribió en tres libros, para Antíoco, tercer sucesor de Alejandro, la historia de los caldeos. Contando, pues, las hazañas de los reyes, empieza por uno, llamado Nabucodonosor, que fue quien hizo la campaña contra fenicios y judíos; sucesos que sabemos fueron anunciados por nuestros profetas, y tuvieron lugar mucho después de la edad de Moisés, setenta años antes del dominio de los persas. Ahora bien, Beroso es hombre muy autorizado, y la prueba es que Juba, que escribió Sobre los Asirios, dice que él tomó la historia que escribió de Beroso. (Hay dos libros titulados Sobre los Asirios escritos por Juba).

El testimonio fenicio

37. Después de los caldeos, he aquí el testimonio de los fenicios. Hubo entre ellos tres escritores: Teódoto, Hipsícrates y Moco, cuyos libros tradujo al griego Leto, quien también hizo un cuidadoso estudio de las vidas de los filósofos. En las historias de estos hombres se indica en qué reinado tuvo lugar el rapto de Europa y cuándo Menelao llegó a Fenicia, así como los hechos de Hiram, que dio a Salomón, rey de los judíos, en casamiento a su propia hija, y le regaló maderas de toda especie para la construcción del templo. También Menandro de Pérgamo escribió sobre esta misma materia. La época de Hiram ya se aproxima a los sucesos de Troya; pero Salomón, contemporáneo de Hiram, es muy posterior a la edad de Moisés.

El testimonio de los egipcios

38. Los archivos cronológicos de los egipcios son precisos, y sus registros fueron traducidos por Ptolomeo, no el rey sino un sacerdote de Mendes. En su relato de las hazañas de los reyes dice que en tiempo de Amosis, rey de Egipto, tuvo lugar la salida de los judíos, al mando de Moisés, a la tierra que ellos deseaban. Y dice literalmente: “Amosis fue contemporáneo del rey Ínaco”. Después de Ptolomeo, el gramático Apión, autor probadísimo, en el libro cuarto de su Historia Egipcia (la obra comprende cinco) dice, entre muchas otras cosas, que Amosis destruyó Avaris y vivió en tiempos de Ínaco, el argiva, como lo indica Ptolomeo de Mendes en sus Crónicas. Ahora bien, el tiempo de Ínaco hasta la toma de Troya llena veinte generaciones, como se demuestra seguidamente.

Los reyes de Argos

39. Los reyes de los argivos fueron: Ínaco, Foroineo, Apis, Argivo, Críaso, Forbas, Triopas, Crotopo, Estenelao, Dánao, Linceo, Preto, Abas, Acrisio, Perseo, Estenelao, Euristeo, Arteo, Tiestes, Agamenón, en el décimo octavo año de cuyo reinado tuvo lugar la toma de Troya. Y tiene que notar con toda diligencia el lector inteligente que, según la misma tradición de los griegos, no existía entre ellos escritura alguna de historia; pues Cadmo, que fue quien introdujo entre ellos las letras, llegó a Beocia muchas generaciones más tarde; sólo después de Ínaco, bajo Foroneo, se puso término a la vida salvaje y nómada y los hombres se civilizaron. En conclusión, si Moisés aparece como contemporáneo de Ínaco, es cuatrocientos años más antiguo que la guerra de Troya; y que ello sea así se demuestra por la sucesión de los reyes áticos (así como por los de Macedonia, Ptolomeos y Antioquenos). Entonces, si las proezas más ilustres entre los griegos empezaron a consignarse por escrito registraron y se conocen a partir de Ínaco, es evidente que ocurrieron después de Moisés. Porque bajo Foroneo, sucesor de Ínaco, recuerdan los atenienses a Ogigo, en cuyo tiempo hubo el primer diluvio; bajo Forbante a Acteo, por quien el Ática se llamó Actea; bajo Triopante a Prometeo, Epimeteo, Atlas, Cécrope, el de doble naturaleza, e Io; bajo Crótopo, la conflagración de Faetonte y el diluvio de Deucalión; bajo Estenelao, el reinado de Anfictión, la llegada de Danao al Peloponeso, la fundación de Dardania por Dárdano, y el regreso de Europa de Fenicia a Creta; bajo Linceo, el rapto de Core, la erección del templo de Eleusis, la agricultura de Triptolemo, la llegada de Cadmo a Tebas y el reino de Minos; bajo Preto, la guerra de Eumolpo contra los atenienses; bajo Acrisio, Pélope cruzó desde Frigia y Ión llegó a Atenas, vivió el segundo Cécrope, Perseo y Dionisio realizaron sus hazañas y también vivió Museo, el discípulo de Orfeo. En fin, bajo el reinado de Agamenón fue tomada Troya.

Moisés es más antiguo y más digno de fe que los héroes paganos

40. Así pues, de todo lo dicho aparece claro que Moisés es más antiguo que los antiguos héroes, ciudades, demonios. Deberíamos creerle al que tiene prioridad en el tiempo y darle preeminencia antes que a los griegos, que aprendieron sus doctrinas de segunda mano. Porque sus sofistas, con mucha vana curiosidad, trataron de adulterar cuanto conocieron de Moisés y de quienes filosofan como él; primero, para dar la apariencia de decir algo original; y segundo, para ocultar su ignorancia bajo una capa de falsa verbosidad para falsificar la verdad como mitología.
   Ahora bien, sobre nuestra forma de vida y nuestra historia siguiendo nuestras leyes, que han sido descriptas por los eruditos griegos, revelaremos en nuestro libro “Para aquellos que han propiciado ideas sobre Dios” todo lo que se ha dicho y quiénes fueron todos ellos.

Moisés, anterior a los prehoméricos

41. Lo que ahora nos apremia, lo que quiero que quede absolutamente claro, es que Moisés no sólo es anterior a Homero, sino también a los escritores que le precedieron: Lino, Filammón, Támiris, Anfión, Orfeo, Museo, Demódoco, Femio, la Sibila, Epiménides Cretense, que fue el que vino a Esparta; Aristeo de Proconneso, autor de las Arimaspias y Asbolo el Centauro, Bacis, Drimón, Euclo de Chipre, Horo de Samos y Propanides de Atenas. Porque Lino fue maestro de Heracles, y éste vivió evidentemente una generación antes de la guerra de Troya, como se prueba por el hecho de que su hijo Tlepólemo participó de la campaña contra Troya. Orfeo fue contemporáneo de Heracles, aparte que los poemas que se le atribuyen dicen haber sido compuestos por Onomácrito de Atenas, que vivió durante la tiranía de los Pisistrátidas, alrededor de la quincuagésima olimpíada. Discípulo de Orfeo fue Museo; y Anfión, anterior en dos generaciones a la guerra de Troya, me impide por ese solo hecho decir nada más sobre él a los estudiosos. Demódoco y Femio vivieron durante el mismo tiempo de la guerra de Troya, pues uno se hallaba con los pretendientes y otro con los feacios. Támiris y Filammón no son mucho más antiguos que éstos.
   Entonces, con respecto al tratamiento, las fechas y la composición que realiza cada uno de los escritores de crónicas, creo que hemos brindado una exposición muy exacta; pero para completar lo que hasta ahora falta, extenderé mi demostración hasta los legisladores tenidos por sabios. Porque Minos, que es tenido por el más excelente en toda sabiduría, prudencia y legislación, vivió bajo Linceo, que reinó después de Dárdano, once generaciones después de Ínaco. Licurgo, que nació mucho después de la toma de Troya, dio sus leyes a los lacedemonios cien años antes de las Olimpíadas. Se ha descubierto que Dracon vivió aproximadamente en tiempos de la olimpíada número treinta y nueve, Solón cerca de la cuarenta y seis, Pitágoras cerca de la sesenta y dos. Ahora bien, ya demostramos que las Olimpíadas empezaron cuatrocientos siete años más tarde que la guerra de Troya. Y esto demostrado, sólo cabe consignar una indicación sobre la edad de los otros siete sabios. Como Tales, el más viejo de todos ellos, vivió aproximadamente en épocas de la quincuagésima olimpíada, nuestros argumentos, de un modo general, también se aplican a sus sucesores.

Conclusión

42. Tales son las cosas, oh hombres de Grecia, que para ustedes he compuesto yo, Taciano, que profeso la filosofía bárbara, nacido en tierra de asirios, formado primero en la cultura de ustedes y luego en las doctrinas que ahora anuncio como predicador. Ahora bien, conociendo ya quién es Dios y su creación, me presento a ustedes dispuesto al examen de mis enseñanzas, advirtiendo que jamás he de renegar de mi conducta según Dios.

Otros escritos de Taciano

1105- Fragmentos(1):

(1) «... Sólo el hombre es imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26. 27), y llamo hombre no al que cumple acciones semejantes a los animales, sino al que, yendo más allá de su humanidad, llega hasta el mismo Dios. Sobre este punto hemos tratado nosotros mismos más detenidamente en nuestro tratado “Sobre los animales”» (Taciano, Discurso contra los Griegos, 15).

(2) “Los demonios, que dominan sobre los hombres, no son las almas de los hombres. Porque ¿cómo pueden ser capaces de acción después de muertos? A no ser que se crea que un hombre es, mientras vive, necio y débil, pero, una vez muerto, adquiere un poder más eficaz. Pero ni esto es así, como en otro lugar hemos demostrado...” (Taciano, Discurso contra los Griegos, 16).

(3) «Sobre nuestra forma de vida y nuestra historia siguiendo nuestras leyes, que han sido descriptas por los eruditos griegos, revelaremos en nuestro libro “Para aquellos que han propiciado ideas sobre Dios” todo lo que se ha dicho y quiénes fueron todos ellos» (Taciano, Discurso contra los Griegos, 40).

(4) «... (Rodón)..., confiesa que él mismo fue discípulo de Taciano en Roma y dice también que Taciano preparó un libro de “Problemas”; como Taciano prometiera hacer ver mediante ellos lo oscuro y oculto de las divinas Escrituras, el propio Rodón anuncia a su vez que va a exponer en un libro especial las soluciones de los problemas de aquél...» (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, V,13,8).

(5) «... No hay que pensar, como algunos explicaron, que el vínculo de la mujer con el hombre signifique la unión de la carne con la corrupción; dicha perícopa (cf. 1 Co 7,39-40), por el contrario, se opone a la interpretación de esos hombres impíos, que atribuyen directamente al diablo la institución del matrimonio, pues se corre el peligro de denigrar al legislador.
   Me parece a mí que fue Taciano el sirio quien se atrevió a formular semejante doctrina. Así, en el libro “Sobre la perfección según el Salvador” él escribe textualmente: “El consentimiento permite la oración, pero la relación con la corrupción anula la eficacia mediadora. En todo caso [Pablo] impone límites mucho más severos en la concesión que hace. En efecto, al admitir que podían volver a unirse, sobre todo por causa de Satanás y para evitar la intemperancia, declaró que quien se deje persuadir servirá a dos amos: mediante el consentimiento, a Dios; mediante el disentimiento, a la intemperancia, a la fornicación y al diablo”. Con esas palabras él explica el texto del Apóstol (cf. 1 Co 7,5)...» (Clemente de Alejandría, Stromata, III,12 [III,80,3--81,3]).

(6) “Taciano distingue entre el hombre viejo y el hombre nuevo, sin embargo no lo entiende como nosotros. Así nosotros estamos de acuerdo con él cuando decimos que el hombre viejo representa la Ley, y el hombre nuevo el Evangelio, pero no en el sentido que él pretende, ya que la Ley no es abolida por obra de Dios” (Clemente de Alejandría, Stromata, III,12 [III,82,2]).

(7) «En respuesta a Taciano que dijo que: “Hágase la luz” (Gn 1,3) era optativo, debemos decir: si por la oración reconoció al Dios supremo, ¿cómo entonces puede decir: “Yo soy Dios y no hay otro más que yo” (Is 44,6)? Dijo que no era un castigo por calumnias, tonterías y hablar licencioso, y que el castigo y la corrección fueron de advertencia. Además, solía decir que las mujeres fueron castigados a causa de su cabello y adornos por el poder a cargo de estas cosas, que este poder, que también proporcionó a Sansón fuerza a través de su cabello (cf. Jc 16,17), sancionó a las mujeres que por medio del adorno de su cabello cometían fornicación» (Clemente de Alejandría, Eclogae propheticae, 38).

(8) «Taciano no tuvo en cuenta que el verbo “hágase” en modo imperativo no siempre significa deseo. Y a veces por su forma ha de entenderse en imperativo. Por lo cual, sacó las conclusiones más impías sobre el versículo en que Dios dice: “Que haya luz” (Gn 1,3). Supone que Dios desea haya luz en vez de dar a entender que lo mandó. “Por eso”, afirma Taciano con sus ideas impías, que “Dios estaba en tinieblas”» (Orígenes, Sobre la oración, 24).

(9) «”Daban a beber vino a los nazireos y conminaban a los profetas diciéndoles: No profeticen” (Am 2,12). En este pasaje intenta afianzar su herejía Taciano, el jefe de los encratitas, asegurando que no se debe beber vino, puesto que la ley prohibe que los nazireos beban vino, y aquí son acusados por el profeta de proporcionar vino a los nazireos » (Jerónimo, Commentariorum in Amos prophetam, I,12).

(10) «Taciano, patriarca de la encratitas, el cual también repudió una serie de cartas de Pablo, cree que esta, es decir, “A Tito”, fue sin duda del apóstol, dando poca importancia a la afirmación de Marción y otros que de están de acuerdo con él sobre esto» (Jerónimo, Comentarii in IV epistulas paulinas; in ep. ad Tit. praef.).

(11?) «“Quien siembra en su propia carne, de la carne también cosechará corrupción” (Ga 6,8)... Taciano, quien introdujo la idea de que la carne de Cristo era imaginaria y pensó que cada unión de un hombre y una mujer era inmunda, el muy vehemente fundador de la herejía de los encratitas, se aprovechó del presente texto como prueba del siguiente argumento en contra de nosotros: “Si alguno siembra en la carne, de la carne cosechará corrupción; entonces quien tiene sexo con una mujer siembra en la carne, por lo que también el que tiene relaciones sexuales con la esposa y siembra en su carne, cosechará corrupción de la carne”» (Jerónimo, Comentarii in IV epistulas paulinas; in ep. ad Gal., 6,8).



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Nota:

(1) Cf. Molly Whittaker: Tatian. Oratio ad Graecos and Fragments. Edited and translated by, Oxford, Clarendon Press, 1982 (reimpresión: 2003), pp. 78 ss.