OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (190)

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El Juicio final
Hacia 1260
Salterio cisterciense
Besançon, Francia
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, STROMATA

LIBRO QUINTO

Capítulo VII: Simbolismos de los egipcios

   Enigmas de los egipcios: semejantes a los de los hebreos

41.1. Por ello también los egipcios no confiaban sus misterios a los que encontraban por casualidad, ni comunicaban a profanos el conocimiento de las cosas divinas, sino que la reservaban para los únicos que estaban destinados a la realeza, y de entre los sacerdotes a los que juzgaban eran más aptos por la crianza, la educación y el linaje.

41.2. Ahora bien, parecidos enigmas, por la significación oculta, a los de los egipcios (tienen) los hebreos. Entre los egipcios unos representan al sol sobre una nave, otros sobre un cocodrilo.

41.3. Y significan que el sol, pasando a través de un aire dulce y húmedo, engendra el tiempo, significado por el cocodrilo, según otra historia sacra.

41.4. Así, también en Dióspolis de Egipto, sobre la llamada puerta sagrado, se encontraban grabados un niño, símbolo de la generación, y un anciano, [signo] de la corrupción, y también el halcón, [símbolo] de Dios, como el pez [que es signo] del odio, y nuevamente el cocodrilo que significa en otro sentido la desvergüenza.

Diversos símbolos egipcios

42.1. Sintetizado, todo el símbolo junto manifestaba lo siguiente: “¡Oh ustedes que han nacido y han muerto! Dios odia la desvergüenza” (Plutarco, Moralia, 363 F).

42.2. Los que fabrican oídos y ojos con materia preciosa y los consagran a los dioses, ofreciéndolos en los templos, sin duda dan a entender como que Dios lo ve y lo oye todo.

43.3. También para aquellos [egipcios] el león es símbolo de fuerza y de vigor. Al igual que el buey ciertamente (lo es) de la tierra misma, de la agricultura y de la alimentación; el caballo de la valentía y atrevimiento, y la esfinge, que tiene el cuerpo entero de león, pero con rostro humano, [es símbolo] de fuerza y a la vez de la inteligencia.

43.4. De igual manera, el hombre, esculpido en los templos, indica conocimiento, memoria, fuerza y arte.

Afrimaciones de los tracios

43.1. En seguida, en las que ellos llaman procesiones con objetos sagrados de los dioses, llevan imágenes de oro: dos perros, un halcón y una ibis (= ave sagrada de egipto), y llaman a las cuatro imágenes idolátricas mediante cuatro letras.

43.2. Ahora bien, los perros son símbolo de los dos hemisferios, que de forma semejante realizan su circunvolución y están de guardia. El halcón [es símbolo] del sol, porque es ígneo y destructor; por eso ellos atribuyen al sol las enfermedades contagiosas. La ibis [es símbolo] de la luna, porque comparan sus alas negras a la oscuridad, y las blancas a la parte luminosa [de la luna].

43.3. Pero hay quienes quieren indicar mediante los perros a los trópicos, porque custodian y cierran el paso del sol hacia el sur y hacia el norte. Pero el halcón indica lo equinoccial, que es elevado y tórrido, al igual que la ibis la elipsis; porque entre todos los animales, la ibis parece que fue la que más sugirió a los egipcios el principio de la noción del número y de la medida, lo mismo que la elipsis (u: oblicuidad) de los ciclos.


Capítulo VIII: Simbolismos de los escitas y de los griegos

   El control de la lengua

44.1. Pero no sólo se preocuparon del aspecto simbólico los más intelectuales de los egipcios, sino también aquellos otros bárbaros, que pretendieron alguna filosofía.

44.2. Y así, se dice que Idantura, rey de los escitas, según refiere Ferecides de Siros, al amenazar con una guerra a Darío, porque había atravesado el Istro, le envía en vez de una carta un símbolo: un ratón, una rana, un pájaro, una flecha y un arado.

44.3. Pero al surgir la cuestión, como es natural, sobre el significado, el quiliarca Orontopatas dijo que (los escitas) entregaban el mando, al reconocer por indicios las casas por medio del ratón, las aguas por la rana, el aire mediante el pájaro, las armas por la flecha, y el país mediante el arado.

44.4. Pero Xifodres lo interpretó de otro modo, porque dijo: Si no volamos como pájaros, o nos introducimos (lit.: sumergimos) bajo tierra como ratones, o bajo el agua como ranas, no escaparemos a sus flechas, puesto que no somos los dueños del país (cf. Ferecides, Fragmentos, 113).

44.5. Se dice también que Anacarsis el escita, él mismo, al dormir, tenía tomadas las partes pudendas con la mano izquierda, y con la derecha la boca, dando a entender que ambas cosas son necesarias, pero que importa más (dominar) la lengua que el placer.

Los griegos también recurrieon a los sinbolismos

45.1. Pero ¿para qué insistir sobre los bárbaros, cuando es posible mostrar que los mismos griegos utilizaron largamente la significación oculta?

45.2. En efecto, Androcides el pitagórico dice que las llamadas letras efesias, famosas para muchos, tienen categoría de símbolos; y Askion (lit.: sin sombra) significa la oscuridad, porque no tiene sombra. Puesto que Katáskion (lit.: sombreado) [significa] luz, ya que ilumina la sombra. Lix es la tierra, según un antiguo epónimo, y Tetrax (lit.: el cuarto) el año, por las [cuatro] estaciones; Damnameneo (lit.: domninador) es el sol porque domina, y la Aisia (lit.: lo que toca) el fonema verdadero.

45.3. Y así, el símbolo significa que las cosas divinas han sido dispuestas con orden, al igual que la obscuridad respecto a luz, el sol con relación al año, y la tierra respecto a la generación variada de la naturaleza.

45.4. Pero también el gramático Dionisio, el tracio, en el “Sobre la declaración”, respecto del símbolo de las ruedas, dice textualmente: «Así, algunos designaban las acciones no sólo mediante expresiones, sino también por medio de símbolos; mediante palabras como las llamadas máximas délficas: “Nada en demasía”, “conócete a ti mismo”, y otras parecidas; mediante símbolos como la rueda, que hacían girar en los templos de los dioses, usada (lit.: arrastrada) por los egipcios, y (el símbolo) de los ramos que se dan a los adoradores.

45.5. Porque Orfeo, el tracio, dice: “Obras de ramos son las que ocupan a los mortales en la tierra, nada tiene un solo destino en los corazones, sino que todo gira alrededor; y no está permitido pararse, según eso, en medio, sino que, al comenzar, cada uno tiene igual parte de carrera” (Orfeo, Fragmentos, 52).

45.6. Los ramos pueden ser el símbolo de la primera alimentación, o para que la multitud sepa que los frutos prosperan y crecen permanentemente y considerablemente, mientras que (los hombres) mismos han recibido por suerte poco tiempo de vida; algunos quieren dar esa interpretación a los ramos, pero también para que sepan que, al igual que esos ramos son quemados, así también les es necesario abandonar pronto esta vida y (ser consumidos) por obra del fuego» (Dionisio de Tracia, Fragmentos, 52).

El “bedy”

46.1. En efecto, la práctica de la interpretación simbólica es muy útil para muchas cosas: para colaborar a la verdadera teología, para la piedad, para demostrar la inteligencia, para ejercitarse en la concisión y como prueba de sabiduría.

46.2. “Porque lo característico del sabio es usar hábilmente el lenguaje simbólico”, dice el gramático Dídimo, “y conocer lo que está indicado por medio de él” (Dídimo, Fragmentos, 9).

46.3. Sí, ciertamente la enseñanza elemental de los niños incluye la interpretación de los cuatro elementos.

46.4. Porque se dice que los frigios llaman “bedy” (= vocablo frigio de origen desconocido; dios de la antigua Macedonia) al agua, como también Orfeo: “Y el bedy de las ninfas destila un agua límpida” (Orfeo, Fragmentos, 219).

46.5. Por su parte también Dión, el sacerdote (o: el sacrificador), manifiesta lo mismo, escribiendo: “Y tomando el bedy, hazlo correr sobre las manos, y vuélvete para examinar las víctimas sagradas” (cita de autor desconocido).

46.6. Pero, el cómico Fililio reconoce “el bedy” en el aire, puesto que es vivificante, según estas palabras: “Ruego yo atraer el bedy salutífero, que es el mejor ingrediente de la salud, atraer el aire puro, no el viciado” (Fililio, Fragmentos, 20).

Simbolismo del “Zaps” (fuego)

47.1. De esa misma opinión participa también Neantes de Cícico al escribir que los sacerdotes de los macedonios invocan en sus oraciones al “bedy”, para que les sea propicio a ellos y a sus hijos, al cual interpretan como aire.

47.2. Y Zaps (es) el fuego, porque algunos manifestaron sin saber que derivaba de “zesis” (lit.: ebullición); pero así es llamado el mar, como [dice] Euforión en sus “Réplicas a Teodóndas”: “Y Zaps, destructora de naves, destroza contra los escollos” (Euforión, Fragmentos, 3).

47.3. De igual manera [dice] Dionisio Yambo: “Con la agitación del mar, el zaps salado se lamenta” (Dionisio Yambo, Fragmentos, 1).

47.4. Lo mismo [dice] el cómico Cratino el Joven: “El Zaps produce camarones y pececillos” (Cratino el Joven, Fragmentos, 13).

47.5. Y Simias de Rodas: “El salado Zaps fue madre de los ignetos (o: ignetes) y de los telquines (= primeros pobladores de Rodas)” (Simias de Rodas, Fragmentos, 11).

47.6. Y Kthon (= la superficie de la tierra) es la tierra extendida por un gran espacio. Y Plectro (= instrumento para golpear) para unos es el polo, y para otros el aire que golpea todas las cosas y las impulsa hacia la naturaleza y al crecimiento, o porque llena todas las cosas.

Símbolos del Lógos

48.1. Pero éstos no han conocido (o: leído) bien al filósofo Oleantes, quien llama abiertamente plectro al sol; puesto que apoyando los rayos en la aurora, como si golpeara al mundo, conduce la luz en marcha armónica (cf. Cleantes, Fragmentos, 502). Y a partir del sol explica los restantes astros.

48.2. Pero Esfinge (lit.: la que aprieta) no es la cohesión de todos los seres ni el movimiento circular del mundo, según el poeta Aratos (cf. Fenómenos, 22-24), sino quizás sea la tensión (lit.: el tono) espiritual que penetra y mantiene unido al mundo.

48.3. Pero mejor es comprender que el éter mantiene unidas y apretadas todas las cosas, como también dice Empédocles: “Bien, yo te diré ante todo que el sol es el principio, de donde ha surgido todo lo que ahora es contemplado, la tierra y el mar de innumerables olas, y el aire húmedo, y el Titán éter que encierra todo en un círculo” (Empédocles, Fragmentos, 31 B 38).

48.4. Y Apolodoro de Corcira dice que esos versos fueron declamados por el adivino Branco, al purificar de la peste a los de Mileto. Porque rociando a la muchedumbre con ramos de laurel, repetía el himno siguiente: “Canten, niños, al protector y a la protectora” (cita de autor desconocido).

48.5. Y el pueblo respondía a coro, diciendo: “Bedy, Zaps, Kthon, Plectro, Esfinge, Knaxzbich, Thyptes, Phlegmó, Drops” (cita de autor desconocido). Calímaco recuerda esta historia en yambos (cf. Fragmentos, 194,28).

48.6. Knaxzbich es la enfermedad, por derivación de rascar y de matar (o: destruir, corromper), y thypsai [quemar; lit.: echar humo, humear)] es consumir con el rayo.

48.7. Sin duda el trágico Tespis dice que esas (palabras tienen) otro sentido escribiendo: “Mira, te derramo el blanco knaxzbich exprimiendo cardos lechosos; observa tú el thyptes, el queso mezclado con miel roja, sobre tus altares, oh Pan bicorne, los ofrezco sobre los sagrados altares. Mira que yo libo para ti el ardiente phlegmón [licor] de Bromio” (Tespis, Fragmentos inciertos, 4).

48.8. Me parece que da a entender el primer alimento lechoso del alma (cf. 1 Co 3,2) por medio de las veinticuatro letras, al que sigue después la leche cuajada, que (es) alimento (cf. Jn 6,53-56); y, finalmente, enseña “el vino ardiente” (Homero, Ilíada, I,642), la sangre de la viña del Verbo (cf. Jn 15,1. 4-5), el gozo de la acción educativa que conduce a la perfección.

48.9. Y Drops (es) el Verbo activo (o. emprendedor, eficaz), que desde la primera catequesis inflama e ilumina al hombre hasta el desarrollo del varón, “hasta la medida de la madurez” (Ef 4,13).

Simbolismos infantiles

49.1. Pero también se presenta un tercer modelo infantil: “Marpte, sphinx, klops, zbychthedón” (cita de autor desconocido, que contiene las 24 letras del alfabeto griego). Y significa, pienso yo, que debemos hacer el camino desde los elementos y organización del universo hasta la gnosis de los más perfectos, ya que la salvación eterna se alcanza con violencia y esfuerzo (cf. Mt 11,12).

49.2. Porque marpsai (es) el captar, la sphinx es la armonía del mundo, zbychthedón recuerda la dificultad,. y klops manifiesta al mismo tiempo la gnosis escondida (cf. 1 Co 2,7) y el día del Señor (cf. 1 Ts 5,2. 4; 2 P 3,10).

49.3. Pero, ¿acaso Epígenes en “Sobre la poesía de Orfeo”, al exponer lo peculiar de Orfeo, no dice: “Con lanzaderas encorvadas (o: curvas)” (Orfeo, Fragmentos, 1 B 22), para referirse a los arados; “con tramas (o: urdimbres) de tejedor” para expresar los surcos? “Hilo” (significa) alegóricamente la semilla, y “lágrimas de Zeus” indican la lluvia; “Parcas” son las fases de la luna: el día treinta [del mes], el décimo quinto y el novilunio; de ahí que Orfeo las llame “vestidos blancos”, porque son partes de luz.

49.4. Nuevamente “manantial” (se llama) a la primavera por [el brotar de] la naturaleza; “ociosa” la noche por el reposo; “Gorgona” (= diosa de cara redonda) [indica] la luna en razón de la cara que se ve en ella, y “Afrodita” es el tiempo en el que se debe sembrar, según al teólogo (= Orfeo).

Los pitagóricos también utilizaban símbolos

50.1. También los pitagóricos usaban estos enigmas, cuando llamaban alegóricamente perros de Perséfone a los planetas, y lágrimas de Cronos al mar.

50.2. Y encontraríamos miles y miles entre los filósofos y poetas que hablan por medio de enigmas, y también libros enteros donde exponen de forma secreta la voluntad del escritor, como el “Sobre la naturaleza” de Heráclito, quien, también por eso, es llamado el Obscuro.

50.3. Parecido a ese libro (es) también la teología de Ferecides de Siros. Porque Euforión el poeta, “Las Causas” de Calímaco, el “Alejandra” de Licofrón, y otras semejantes a éstas están a disposición de los gramáticos como ejercicios de exégesis.