OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (176)

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Jesús enseñando a sus discípulos
Hacia 1266
Evangeliario
Cambrai, Francia
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, STROMATA

LIBRO CUARTO

Capítulo XVII: Pasajes de la “Primera Carta a los Corintios” de Clemente de Roma

   El testimonio de Clemente de Roma

105.1. Ciertamente, en la “Carta a los Corintios”, al describir un modelo (typos) del gnóstico, el apóstol Clemente dice:

105.2. “Porque ¿quién de los que permanecieron algún tiempo entre ustedes no aprobó su fe muy virtuosa y firme? ¿Quién no admiró su sensata (o: temperante) y equilibrada (o: moderada) piedad en Cristo? ¿Y no proclamó la magnífica (o: generosa) costumbre de la hospitalidad de ustedes? ¿Y no celebró la gnosis perfecta y firme?

105.3. Porque todo lo hacían sin acepción de personas y caminaban en las leyes de Dios” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 1,2-3), y lo que sigue.

105.3. Después, [dice] más abiertamente: “Pongamos nuestros ojos en los que de una manera perfecta sirvieron a su magnífica gloria. Tomemos a Henoc que, hallado justo en la obediencia, fue llevado al [cielo]” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 9,2-3; cf. Gn 5,23-24); “y a Noé, que se salvó por haber haber creído” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 9,4; cf. Gn 6,8); y a Abraham, que por fe y hospitalidad, fue llamado amigo de Dios y fue padre de Isaac” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 10,1. 7; 17,2).

105.4. “Por hospitalidad y piedad Lot fue salvado de Sodoma” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 11,1; cf. Gn 19). “Por fe y hospitalidad fue salvada la ramera Rahab” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 12,1; cf. Jos 2). Por paciencia y fe anduvieron vestidos de pieles de oveja y de cabra, con vestidos tejidos de piel de camello, predicando el reino de Cristo; nos referimos a los profetas Elías, Eliseo, Ezequiel y Juan [el Bautista] (cf. Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,1 y Hb 11,37).

La humildad

106.1. Porque Abraham, que por su fe libre fue llamado amigo de Dios, no se exaltó por esa gloria, sino que con moderación (o: sencillez; modestia) dijo: “Pero yo soy tierra y ceniza” (Gn 18,27; cf. Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,2).

106.2. «Sobre Job está escrito así: “Job era justo e irreprensible, veraz, piadoso, exento de todo mal”» (Jb 1,1; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,3).

106.3. Él mismo venció por la paciencia al tentador, fue mártir y al mismo tiempo recibió testimonio de Dios; resiste por la humildad y dice: “Nadie está limpio de mancha, ni aunque su vida sea de un día” (Jb 14,4-5; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,4).

106.4. Moisés, “el fiel servidor en toda su casa” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,5; cf. Nm 12,7; Hb 3,2. 5), al que le vaticinaba desde la zarza le dijo: “¿Quién soy yo para que me envíes? Yo soy de voz débil y lento en el hablar” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,5; cf. Ex 3,11; 4,10), para transmitir la voz del Señor con lenguaje humano. Y de nuevo: “Yo soy vapor de una olla” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 17,5). “Porque Dios resiste a los soberbios, pero da la gracia a los humildes” (Pr 3,34; St 4,6; 1 P 5,5; cf. Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 30,2).

Reconocer el propio pecado

107.1. De otra parte está David, de quien testimonia el Señor y dice: “He hallado un varón según mi corazón, David, hijo de Jesé; lo he ungido con óleo santo” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 18,1; cf. Sal 88 [89],21; 1 S 13,14; Hch 13,22).

107.2. «Pero también él dice a Dios: “Ten piedad de mí, oh Dios, según tu gran misericordia, y por la abundancia de tu compasión borra mi delito.

107.3. Lávame aún más (o: por entero) de mi iniquidad y purifícame de mi pecado; porque yo conozco mi iniquidad, y mi pecado está siempre delante de mí”» (Sal 50 [51],3-6; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 18,2-3).

107.4. Después, aludiendo al pecado que no cae bajo la ley, con sencillez (o: modestia) gnóstica añade: “Contra ti solo he pecado y he hecho lo malo delante de ti” (Sal 50 [51],6; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 18,4).

107.5. «Porque dice la Escritura en cierto lugar: “El espíritu del Señor es luz que escruta los escondrijos de las entrañas”» (Pr 20,27; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 21,2).

107.6. Y uno, cuanto más gnóstico deviene por la práctica de la justicia, tanto más se le aproxima el Espíritu luminoso (o: iluminador).

107.7. Así se aproxima el Señor a los justos, “y no se le oculta ninguno de los pensamientos y raciocinios que hacemos” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 21,3).

107.8. Me refiero, al Señor Jesús, que con su omnipotente voluntad escruta (epískopos) nuestros corazones, y “cuya sangre fue consagrada (o: santificada) por nosotros” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 21,6).


Como debiera ser la vida del cristiano

108.1. “Respetemos, por tanto, y veneremos a quienes nos preceden; honremos a los ancianos; eduquemos a los jóvenes en la educación de Dios” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 21,6).

108.2. Bienaventurado quien enseñe y practique dignamente las cosas del Señor; (ése) tiene un espíritu magnánimo y contemplativo de la verdad.

108.3. “Dirijamos a nuestras esposas hacia el bien; muestren, dice, la amable costumbre de la pureza; den pruebas de su sincera voluntad de comprensión; hagan manifiesto el decoro de su lengua mediante el silencio; (y) ofrezcan su amor no por inclinaciones (cf. 1 Tm 5,21), sino santamente y de igual manera para con todos los que temen a Dios.

108.4. Nuestros hijos participen de la educación en Cristo: aprendan la fuerza de la humildad ante Dios, lo que puede el amor puro ante Dios, cuán hermoso y grande es el temor de Dios, que salva a todos los que se vuelven santamente a Él con un corazón puro.

108.5. Porque [Él] es escrutador de los pensamientos e intenciones; su aliento (o: soplo) está en nosotros, y cuando quiere lo quita (o: hace desaparecer)” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 21,6-9).

El misterio gnóstico de los números siete (hebdómada) y ocho (ogdóada)

109.1. «Pero la fe en Cristo afianza todas esas cosas. “Vengan, hijos, dice el Señor; escúchenme: yo les enseñaré el temor del Señor. ¿Quién es el hombre que quiere la vida y desea ver días felices”» (Sal 33 [34],12-13; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 22,1-2).

109.2. Luego añade el misterio gnóstico de la hebdómada y de la ogdóada: “Preserva tu lengua del mal y tus labios de hablar con engaño. Aléjate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela” (Sal 33 [34],14-15; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 22,4-5).

109.3. Porque alude a la gnosis mediante el alejamiento del mal por una parte y con la acción del bien por otra, enseñando que hay que ser perfectos en obra y palabra. “Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos escuchan su súplica. Pero el rostro del Señor, contra los que hacen lo malo, para eliminar de la tierra su memoria” (Sal 33 [34], 16-17; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 22,6).

La misericordia del Señor rodea al cristiano

110.1. “Gritó el justo y el Señor lo escuchó y lo libró de todas las tribulaciones. Puesto que muchos (son) los azotes de los pecadores, pero la misericordia rodeará a los que esperan en el Señor” (Sal 33 [34],18; 31 [32],10; Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 22,7-9). Dice que el que espera sinceramente está envuelto por una gran cantidad de misericordia.

110.2. Porque está escrito en la “Carta a los Corintios”: “Por Jesucristo, nuestra mente, necia y oscurecida, florece de nuevo a la luz. Por medio de Él quiso el Soberano que gustásemos de la gnosis inmortal” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 36,2).

110.3. Mostrando también, más expresivamente, lo característico (idioma: propiedad) de la gnosis, añadió: “Puesto que esas cosas son ya evidentes para nosotros, y habiendo penetrado en la profundidad de la gnosis divina, debemos hacer con orden todo lo que el Soberano [nos] ha prescrito cumplir, según los tiempos establecidos” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 40,1).

110.4. “Por tanto, el sabio demuestre su sabiduría no sólo con las palabras, sino en buenas obras; el humilde no dé testimonio de sí mismo, sino que deje que otro dé testimonio de él, y el casto en la carne no se vanaglorie, reconociendo que es otro el que le concede la continencia (o: templanza)” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 38,2).

110.5. “Miren, hermanos, que cuanto mayor es la gnosis con que hemos sido honrados, tanta mayor es la responsabilidad a la que estamos obligados” (Clemente de Roma, Carta primera a los Corintios, 41,2).