OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (152)

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Creación, pecado de Adán y Eva,
expulsión del paraíso
Hacia 1260-1270
Dijon, Francia
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, STROMATA

LIBRO III

Capítulo IV: Sobre la interpretación de los textos bíblicos por parte de los gnósticos

   Sobre Felipe y Nicolás

25.1. Hemos mencionado a los provocadores de la herejía de Marción del Ponto que, por oposición al Creador, rechaza el uso de los bienes del mundo.

25.2. Porque para él la causa de la continencia, si es que se la puede llamar continencia, (es) el Creador mismo, contra quien este gigante que lucha contra Dios pretende hacer frente, y guarda la continencia forzadamente, yendo contra la creación y la plasmación.

25.3. Usan la palabra del Señor que dijo a Felipe: “Deja que los muertos entierren a, sus muertos; tú sígneme” (Mt 8,22; cf. Hechos de Felipe, 22), pero consideran que también Felipe llevaba la misma plasmación de la carne, no siendo un cadáver contaminado.

25.4. ¿Cómo, entonces, teniendo (un cuerpo de) carne no tenía un cadáver? Porque resucita de la tumba del Señor que da muerte a las pasiones y lo hace revivir en (o: para) Cristo.

25.5. También hemos mencionado la comunidad ilícita (o: impía) de las mujeres según Carpócrates, pero al tratar sobre la declaración de Nicolás (cf. Strom. II,118,3) hemos omitido lo que sigue.

25.6. Teniendo, se dice, una bella mujer, después de la ascensión del Salvador, al ser reprendido como envidioso por los Apóstoles, él condujo a su mujer en medio de ellos e invitó a casarse con ella a quien quisiera.

25.7. Porque, dicen, que esa praxis es coherente con célebre sentencia: “Es necesario abusar de la carne” (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, III,29,2-4; cf. Strom. II,118,3). Y, por coherencia con ese suceso y con este dicho, sencilla y desvergonzadamente, los seguidores de su herejía se abandonaron sin freno a la fornicación.

La verdad sobre Nicolás. Matías

26.1. Por el contrario, me he informado que Nicolás no tuvo relaciones con ninguna otra mujer que con la que se había desposado; y de sus hijos, las mujeres envejecieron vírgenes, y el hijo permaneció sin mancharse.

26.2. Así las cosas, el mandar a la envidiada mujer en medio de los Apóstoles era un rechazo de la pasión; y la continencia de los placeres más ansiados enseñaba cómo (o: el significado) se debe “abusar de la carne”. Porque no quería, a mi parecer, conforme al mandato del Salvador, “servir a dos señores” (Mt 6,24), al placer y a Dios.

26.3. Por lo demás también se dice que Matías enseñó lo mismo (cf. Evangelio de Matías, Fragmentos, 2): combatir la carne y menospreciarla, sin conceder ninguna licencia al placer, sino a fortalecer el alma con la fe y la gnosis.

Intentos de sacralizar la promiscuidad

27.1. Pero hay quienes interpretan a la vulgar (o: pública) Afrodita como una mística comunión, ultrajando incluso este nombre.

27.2. Se dice que se trabaja cuando se hace algo malo, lo mismo que cuando se hace algo bueno; también el compartir es un bien cuando se reparte a otros dinero, comida, vestidos; pero también han llamado impíamente comunión a cualquier unión lujuriosa.

27.3. Por eso se dice que uno de ellos se acercó a virgen nuestra hermosa de ver y le dijo: “Está escrito da a todo el que te pida” (Lc 6,30: incorrectamente interpretado), pero ella no captó la desvergüenza de aquel hombre respondiendo con toda honestidad: “Para el matrimonio habla con mi madre” (cita de origen desconocido).

27.4. ¡Oh impiedad! También las palabras del Señor adulteran estos compañeros del libertinaje, hermanos de la lujuria que deshonran no sólo la filosofía, sino toda la vida; ellos son falsificadores, o mejor, sepultureros (lit: desgarradores) de la verdad, en cuanto pueden.

27.5. Porque esos desgraciados consagran la promiscuidad de la carne y del sexo, y piensan que ésta les va a conducir al reino de Dios.

Las enseñanzas del apóstol Pablo

28.1. La promiscuidad les conduce hacia los burdeles, y les hace partícipes con los puercos y los machos cabríos; y junto a ellos obtienen las mayores esperanzas las prostitutas, que admiten libremente en el burdel a todos los que quieren.

28.2. Pero ustedes no han conocido (lit.: aprendido) así a Cristo, si es que han oído hablar de él y en él han sido enseñados conforme a la verdad en Cristo Jesús; despójense, en cuanto a su vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias.

28.3. Renuévense en el espíritu de su mente, revístanse del hombre nuevo, creado según Dios en justicia y santidad verdaderas” (Ef 4,20-24), por asimilación (o: semejanza) con lo divino.

28.4. “Sean, por tanto, imitadores de Dios, como hijos queridos, y caminen en el amor como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio a Dios en olor de suavidad.

28.5. La fornicación y toda impureza o codicia ni siquiera se mencione entre ustedes, como conviene a los santos; y nada de indecencia o necedad” (Ef 5,1-4).

28.6. Porque también el Apóstol enseña a ejercitarse en la pureza comenzando por las palabras, y escribe: “Tengan esto bien entendido: ningún fornicario”, hasta “antes bien, denúncienlas” (Ef 5,5. 11).

Intemperancia de los carpocratianos

29.1. En realidad, su doctrina deriva de algún apócrifo; pero también expondré la cita que es la madre de su insolencia. Y bien sea que ellos mismos hayan compuesto el libro -¡mira qué necedad! Se lo atribuyen a Dios por su intemperancia-, bien sea que lo hayan encontrado junto a otros, lo han entendido de forma incorrecta, equivocándose al idear aquella hermosa doctrina.

29.2. Así dice el texto: “Todas las cosas eran Uno, pero cuando a su Unidad le pareció no estar más sola, salió de Él una Inspiración; y ésta se unió con Él y creó al Amado. Y de éste salió otra Inspiración y se unió y creó la Potencia, imposible de ver ni oír, hasta cada, una con su nombre propio” (cita de un autor anónimo).

29.3. Igualmente, si hubiesen propuesto también uniones espirituales, como los seguidores de Valentín, su opinión se podría quizá aceptar; pero reconducir a profecía sagrada una promiscuidad de violencia carnal es propio de quien no ha reconocido la salvación.

Afirmaciones de Pródico y sus seguidores

30.1. Estas son las opiniones también proclaman los seguidores de Pródico, que falsamente se denominan gnósticos, diciendo que son hijos por naturaleza del Dios Primero. Pero abusan de tal nobleza y libertad para vivir como quieren, pretendiendo vivir entregados al placer, convencidos de que ellos no están sujetos a nadie, como si fueran señores del sábado (cf. Mt 12,8; Mc 2,28; Lc 6,5), y por encima de todo linaje, hijos nacidos de un rey; y para un rey, dicen, no existe ley escrita.

30.2. Pero en realidad, ante todo no hacen todo lo que quieren, porque tienen muchos impedimentos contra sus deseos e intentos y lo que hacen, no como un rey lo hacen, sino obligados, porque cometen sus adulterios de manera oculta, y recelosos de ser atrapados en el acto, tratan de evitar la condena y temen el castigo.

30.33. ¿Cómo la intemperancia y las palabras obscenas pueden ser libertad? “Todo, dice, el que peca es un esclavo” (cf. Rm 6,16; Jn 8,34), afirma el Apóstol.

Errores de los seguidores de Pródico

31.1. Pero, ¿cómo puede vivir conforme a Dios el que se abandona a todo deseo, cuando el Señor dice: “Pero yo en cambio les digo: no deseen” (Mt 5,28)?

31.2. ¿Cómo se pretende pecar de manera voluntaria y poner como un dogma el adulterio, vivir disolutamente y arruinar los matrimonios ajenos, cuando nosotros nos compadecemos también de los que pecan involuntariamente?

31.3. Aunque el mundo al que han llegado es para ellos extraño, si no son fieles con lo ajeno (cf. Lc 16,11-12) no poseerán la verdad.

31.4. ¿Acaso un forastero puede enfrentarse contra los habitantes de un país y ofenderles, cuando posee lo necesario como extranjero (cf. 1 P 2,11-12), o por el contrario no debe pasar la vida manteniendo una conducta irreprensible para con esos ciudadanos?

31.5. ¿Cómo dicen que sólo ellos han conocido a Dios, cuando se comportan del mismo modo que los que son odiados por los paganos, por no practicar lo mandado por las leyes, como los injustos, los incontinentes, los prepotentes y los adúlteros?

31.6. Sería necesario que vivieran rectamente, aunque se encuentren entre forasteros, a fin de mostrar en verdad su carácter regio.

Coherencia de vida

32.1. No obstante, se enemistan con los legisladores humanos y con la ley divina, puesto que han adoptado una vida contraria a la ley. Por lo general, quien rechaza el adulterio es bendecido por Dios en (el libro) de los Números (cf. Nm 25,8-13).

32.2. Y Juan dice en la Epístola: “Si decimos que estamos en comunión con Él, es decir con Dios, y caminamos en tinieblas, somos mentirosos y no obramos conforme a la verdad. Pero si caminamos en la luz, como Él mismo está en la luz, estamos en comunión con El y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica del pecado” (1 Jn 1,6-7).

El camino que se debe seguir

33.1. ¿Pero qué hacen para ser mejores que los del mundo, aquellos hacen tales cosas y son semejantes a los peores (hombres) mundanos? Me parece que quienes hacen las mismas cosas tienen una naturaleza semejante.

33.2. Pero quienes pretenden ser mejores en nobleza deben ser también mejores en el modo de vivir, a fin de evitar ser recluidos en la cárcel.

33.3. En realidad, como dice el Señor, “Si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de Dios” (Mt 5,20).

33.4. En cuanto a la abstinencia de los alimentos, se habla claro en “Daniel” (cf. Dn 1,10-16). Y, para decirlo brevemente, sobre la obediencia dice David en “Los Salmos”: “¿Cómo el joven guardará recto su camino?, y en seguida responde (lit.: oye): “Guardando tu palabra de todo corazón” (Sal 118 [119],9-10).

33.5. Y Jeremías afirma: «Esto dice el Señor: “No caminen por los senderos de los paganos”» (Jr 10,2).

Los “antitactas”

34.1. Partiendo de aquí ciertos hombres malvados y despreciables dicen que el hombre ha sido plasmado (o: formado) por distintas potencias; y las partes que llegan hasta el ombligo son de hechura divina, pero las que están debajo son de factura inferior, y por eso se tiene el instinto del apareamiento.

34.2. Pero olvidan que la parte superior también desea el alimento y algunos experimentan lujuria; además se enfrentan a Cristo, quien ha dicho a los fariseos que el mismo Dios ha creado en nosotros el hombre “interior” y el hombre “exterior” (Lc 11,40). Pero la concupiscencia no es propia sólo del cuerpo, aunque actúe por medio del cuerpo.

34.3. Otros, que denominamos antitactas (o: lo que resisten, opuestos, contrarios), dicen que el Dios del universo es nuestro Padre por naturaleza y todo lo que ha hecho es bueno. Pero uno de los seres engendrados por Él esparció la cizaña (cf. Mt 13,25) y generó la naturaleza del mal (lit.: de los males); por su culpa nos ha envuelto a todos nosotros y nos ha enfrentado al Padre.

34.4. Y por eso nosotros nos enfrentamos contra él para vengar al Padre, actuando contra la voluntad del segundo (= del que esparció la cizaña). Por consiguiente, como aquél ha dicho: “No cometerás adulterio” (Ex 20,13), nosotros, afirman los [antitactas], cometemos adulterio para abolir su mandato.