OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (128)

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Jesús atravesando el lago de Galilea
Hacia 1266
Cambrai (Francia)
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, STROMATA(1)

LIBRO II

Capítulo I: Prefacio

   Programa del libro segundo

1.1. A continuación conviene tratar por qué la Escritura ha definido a los griegos “ladrones” (Jn 10,8) de la filosofía bárbara, como se podrá demostrar brevemente. En efecto, no sólo expondremos los hechos extraordinarios de nuestra historia que ellos han copiado y puesto por escrito, sino que también les convenceremos de haber sustraído y falsificado nuestros dogmas más importantes, porque nuestras Escrituras son más antiguas, como ya hemos demostrado (cf. I,21). Y todo ello por lo que se refiere a la fe y a la sabiduría, a la gnosis y a la ciencia, a la esperanza y a la caridad, a la penitencia y a la continencia, y particularmente al temor de Dios -sencillo enjambre de virtudes auténticas (o: verdaderas)-.

1.2. Trataremos todo cuanto la declaración del asunto en cada caso exija, y en particular cómo los que con sentido práctico han trabajado en la filosofía de los antiguos (= autores del Antiguo Testamento), han emulado, sobre todo lo misterioso de la filosofía bárbara, el estilo simbólico y enigmático, que resulta ser muy útil, o más bien, totalmente necesario al conocimiento perfecto (gnosis) de la verdad

Presentación de conjunto del libro segundo

2.1. Como consecuencia, pienso defenderme respecto de los puntos en que los griegos nos atacan; recurriremos a algunos (textos) de las Escrituras, y el judío, oyendo con un poco de serenidad, podrá convertirse de lo que ha creído a lo que no ha creído.

2.2. En verdad, de ahora en adelante, la crítica dirigida a los pensadores de noble raza estará impregnada de amor hacia su vida y hacia las doctrinas originales que ellos han descubierto; nosotros no pretendemos vengarnos de nuestros acusadores -todo lo contrario, hemos aprendido a bendecir a quienes nos maldicen (cf. Lc 6,28; Mt 5,44), aunque dirijan en vano contra nosotros calumnias difamatorias-. Por el contrario, todo será finalmente para su conversión, aunque hay algo que también les avergüenza, llenos de sabiduría como están: ser corregidos por las críticas de un bárbaro. De modo que puedan entender, tarde ciertamente, de qué clase son realmente las enseñanzas que tratan de conquistar con sus viajes de ultramar.

2.3. En cuanto a que son ladrones, eso lo hemos de probar convincentemente, despojándolos de su autosuficiencia; en cuanto a lo que es objeto de su altivez, lo que ellos han descubierto “investigándose a sí mismos” (Heráclito, Fragmentos, 22 B 101), de eso es la crítica. De ahí se deduce que debamos tener en cuenta el llamado ciclo educativo, para ver su utilidad respecto de la astrología, la matemática, y el arte mágico de las encantaciones.

2.4. Precisamente de éstas se glorían todos los griegos como de las ciencias más elevadas. “Pero quien reprende con franqueza, proporciona paz” (Pr 10,10).

La práctica auténtica de la filosofía

3.1. Hemos afirmado varias veces (cf. I,11,1; I,48,1) que no nos interesa ni nos preocupa hablar bien el griego (lit.: helenizar). Porque eso sólo sirve para apartar a muchos de la verdad; en cambio, la práctica auténtica de la filosofía ayudará a los oyentes a no hablar, sino a pensar.

3.2. Pero quien se preocupa por la verdad, no debe, creo yo, ajustar su vocabulario con estudiada premeditación, sino que debe tratar de expresar como pueda lo que desea; porque a quienes están pendientes de frases y se ocupan de estas, se les escapan las cosas.

3.3. Es propio de un jardinero el alcanzar la rosa, que crece entre los espinos, sin hacerse daño; y es propio del buscador especializado descubrir la perla oculta entre la carne de la ostra.

3.4. También se dice que las aves poseen mejor carne, no cuando el alimento es abundante y está a su disposición, sino cuando ellas mismas deben seleccionar la comida con esfuerzo, hurgando con las patas.

3.5. Por tanto, si alguien entiende la comparación y desea alcanzar lo verdadero entre muchos y persuasivos tratados en lengua griega, como si se tratara del verdadero rostro bajo la máscara horrorosa, deberá esforzarse y capturará la presa. Así, dice la Potencia a Hermas, cuando aparece en la visión: “Todo lo que conviene que te sea revelado se te revelará” (Hermas, El Pastor, Visión, III,3,4).
(1) Texto griego en Sources Chrétiennes, n. 38, Paris, Éds. du Cerf, 1954, pp. 31 ss.; y en Fuentes Patrísticas , n. 10, Madrid, Editorial Ciudad Nueva, 1998, pp. 52 ss. Seguimos fundamentalmente la traducción castellana de esta última edición, con el agregado de subtítulos; pero hemos tomado en cuenta las variantes propuestas en la versión la realizada por Domingo Mayor, sj: Clemente Alejandrino. Stromatéis. Memorias gnósticas de verdadera filosofía, Abadía de Silos, Ed. Abadía de Santo Domingo de Silos, 1994 (Studia Silensia, XVI) [obra aparecida en 1997]. Otras traducciones consultadas: Clemente Alessandrino. Stromati. Note di vera filosofia. Introduzione, traduzione e note di Giovanni Pini, Milano, Ed. Paoline, 1985 (Letture cristiane delle origini, 20/Testi); y la versión inglesa publicada en: http://www.earlychristianwritings.com/text/clement-stromata-book2.html.