11º DOMINGO DURANTE EL AÑO. Ciclo "B"
La parábola del grano de mostaza.
Salmo 91 (92)
ORANDO [CON] EL SALMO RESPONSORIAL
Este Salmo enseña a santificar el Sábado, confesando a Dios, alabando su Nombre, anunciando por la mañana su misericordia y de noche su verdad.
El día Sábado los sacerdotes cumplen sus oficios en el templo; la ley del Sábado no prescribe que nada se haga; ella no lo prescribía a los sacerdotes, sino para aquellos que pueden donar todo su tiempo a Dios, dedicándose a su culto todos los días.
El Verbo de Dios desplazó para nosotros la fiesta del Sábado, concediéndonos la imagen del verdadero reposo, al darnos el Domingo, el primer día de la luz, en el cual el Salvador del mundo, después de haber realizado su obra a favor de los hombres y vencido la muerte, sobrepasó la obra del día sexto, recibiendo el Sábado conveniente a un Dios, su Sábado bienaventurado cuando el Padre le dijo: siéntate a mi derecha. En ese día que es el de la verdadera luz y de la luz verdadera, nos reunimos para celebrar el Sábado santo y espiritual, nosotros y las naciones del mundo entero, nosotros ofrecemos el sacrificio espiritual que denominamos sacrificio de alabanza y sacrificio de aclamación. Hacemos ascender aquel incienso perfumado del que está escrito: que mi oración suba a tu presencia como el incienso (Eusebio de Cesaréa, Comentario al Salmo 91).
Leccionario: Salmo 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R/.: cf. 2a) | Liturgia de las Horas: Salmo 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R/.: cf. 2a) |
1 Salmo. Canto. Para el día sábado.
2 Es bueno dar gracias al Señor, y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre; 3 proclamar tu amor de madrugada, y tu fidelidad en las vigilias de la noche,
13 El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano: 14 trasplantado en la Casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios.
15 En la vejez seguirá dando frutos, se mantendrá fresco y frondoso, 16 para proclamar qué justo es el Señor, mi Roca, en quien no existe la maldad. |
Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad
El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios.
En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. |
«La oración es la vida del corazón nuevo. Debe animarnos en todo momento. Nosotros, sin embargo, olvidamos al que es nuestra Vida y nuestro Todo. Por eso, los Padres espirituales, en la tradición del Deuteronomio y de los profetas, insisten en la oración como un “recuerdo de Dios”, un frecuente despertar la “memoria del corazón”: “Es necesario acordarse de Dios más a menudo que de respirar”» (Catecismo de la Iglesia Católica 2697).
¡REPITE, ASIMILA, VIVE LA PALABRA! REPITE, DURANTE TODA LA SEMANA,
UNA Y OTRA VEZ:
{inspirando}
¡Es bueno! | {espirando}
¡Dar gracias al Señor! |
SUGERENCIA PARA LA JACULATORIA
¡Es bueno! // ¡Darte gracias, Señor!
ó:
¡Es bueno! // ¡Dar gracias al Señor
NOTAS EXÉGETICAS AL SERVICIO DE LA LECTURA ORANTE
(a) Usado por la liturgia judía, -como también por la cristiana[1]-, para la celebración del sábado, la gran fiesta semanal, el Salmo 91(92) realmente tiene toda la andadura de un himno con trasfondo litúrgico en el cual se alaba a Dios con cantos y música por su amor y su fidelidad (vv. 2-4). El «cuerpo» del cántico en cambio, es ocupado por una confrontación entre el justo y el impío ante Dios (vv. 5-16). El retrato del impío utiliza una imagen vegetal, de la hierba que a la mañana germina y florece y poco después se seca y la siegan. Para describir al justo también se utiliza una imagen vegetal, pero de valencia harto distinta. A diferencia del impío que es comparado a la hierba vigorosa pero efímera, el justo es visto cual una palmera o un cedro, que se yergue hacia el cielo, sólida y majestuosamente. Su copa se pasea por el santuario celestial y sus raíces se hunden en la tierra santa y fecunda del Templo: su vértice superior aspira al infinito, su base está enraizada en el Eterno, su existencia se pierde en Dios (vv. 13-14). Fuerza como aquella del búfalo, rinoceronte [Vulgata: unicornio], belleza come aquella de un héroe ungido con aceite nuevo (v. 11), vida como aquella de un árbol majestuoso y añoso, frutos continuos prodigados gracias a gozar de una juventud continua: es este el entusiástico canto del justo que atesoran las estrofas del Salmo 92 (basado en Turoldo-Ravasi).
(b) El salmista es una persona animada por un profundo sentimiento de acción de gracias. Las horas luminosas de su vida le son ocasión para dar gloria a Dios. Toda la historia de la salvación se convierte en motivo de alabanza. Sintiéndose incorporado en la comunidad de los creyentes y desea iluminarla con su propio testimonio mostrando mediante su canto que la alabanza es plenitud de vida. La obra de salvación de Dios, que es el tema de este salmo, ha alcanzado su punto más alto con la resurrección y glorificación de Jesús.
La utilización cristiana de nuestro poema para los sábados se debe a los versos 2-3: Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. Proclama las maravillas obradas por el Señor como lo muestran antífonas durante el año y del tiempo pascual. La última parte de nuestro poema la encontramos glorificando la palma/palmera victoriosa obtenida por los santos tanto en la liturgia eucarística como en la de las Horas.
(c) El Justo se alzará como un Cedro del Líbano. Aquí intuimos una alusión a Cristo Resucitado. Él mismo expresó su misterio con la figura del árbol de vida, -plantado en la Iglesia, la casa del Señor-, que con esta victoria suya realiza la redención y así destruye a los malvados para siempre, al destruir el pecado (inspirado en F. Arocena).
(d) Alusiones o citas de nuestro salmo en el NT
91,6 Ap 15,3 91,6 Rm 11,33 91,7 1 Co 2,14 91,10 Mt 7,23 91,14 1 Tm 2,15 91,15 Jn 15,5 | Tus obras son grandes, Señor ¡Oh profundidad de la sabiduría y de la ciencia...! El hombre ‘animal’ no comprende Aléjense de mí, ustedes que obran inicuamente ... que sepas vivir en la casa de Dios El que permanece en mí produce mucho fruto |
LA PALABRA EXPLICA LA PALABRA
Nota: Numerosos textos bíblicos son citados, a modo de referencia, tanto en los textos que anteceden esta sección como en los que siguen. Consultándolos podrá completar el polifacético eco bíblico suscitado por nuestro poema.
Mateo 7,21-24: No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?». Entonces yo les manifestaré: «Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal». Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Juan 15,2-6: El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Romanos 11,33-36: ¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensibles sus caminos! ¿Quién penetró en el pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le dio algo, para que tenga derecho a ser retribuido? Porque todo viene de él, ha sido por él, y es para él. ¡A él sea la gloria eternamente! Amén.
1 Corintios 2,14: El hombre puramente natural no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu.
1 Timoteo 2,15: Pero la mujer se salvará, cumpliendo sus deberes de madre, a condición de que persevere en la fe, en el amor y en la santidad, con la debida discreción.
Apocalipsis 15,2-3: También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre?
DE LA TRADICIÓN DE ISRAEL
Midrash Tehillim (Comentario homilético a los Salmos):
Salmo. Canto. Para el día sábado. Esto es lo que dice la Escritura: Vanidad de vanidades, dice Cohélet, vanidad de vanidades; todo es vanidad (Qo 1,2). R. Yehuda bar Simón comenzó su conferencia con las palabras: Vanidad de vanidades. Son siete las veces que Cohélet emplea la palabra ‘vanidad’; veamos: ‘vanidad’, es decir una; ‘vanidades’, es decir dos, sumados, tres; ‘vanidad’ una más; ‘vanidades’, dos más, lo que suma seis; ‘todo es vanidad’ y suman siete. ¿Por qué? Por los siete días de la creación. Porque Salomón habló: ¿qué es lo que fue creado el primer día? Cielo y tierra. ¿Y cuál es su final? Que los cielos se disuelven como humo y la tierra se gasta como la ropa día? Cielo y tierra. ¿Y cuál es su final? Que los cielos se disuelven como humo y la tierra se gasta como un vestido (Is 51,6). Salomón dijo: Vanidad. ¿Qué fue creado el segundo día? El firmamento. ¿Y cuál es su final? Y los cielos serán enrollados como un libro (Is 34,4). Salomón dijo: Vanidad. ¿Qué fue creado el tercer día? Se reúnen las aguas (Gn 1,9). ¿Y cuál es su final? Y el Eterno permite que se seque la lengua del mar de Egipto (Is 11,15). Salomón dijo: Vanidad. ¿Qué fue creado el cuarto día? Las luminarias, como se dice: Y Dios las puso en el firmamento (Gn 1,17). ¿Y cuál es su final? Y se sonroja la luna y se avergüenza el sol (Is 24,13). Salomón dijo: Vanidad. ¿Qué fue creado el quinto día? Se agitan las aguas (Gn 1,20). ¿Y cuál es su final? Arraso, arraso toda la superficie de la tierra (So 1,2). Salomón dijo: Vanidad. ¿Qué fue creado el sexto día? El hombre, como está escrito: Y Dios formó al hombre (Gn 2,7). ¿Y cuál es su final? Eres polvo y al polvo has de volver (Gn 3,19). Salomón dijo: Vanidad. ¿Qué fue creado el séptimo día? El sábado. Dios lo miró por un lado y por el otro, para ver si le descubría algún defecto, pero no encontró ninguno, pues era todo santidad, y luz y reposado descanso. R. Isaac dijo: Aunque así fuese , sin embargo vio, que el hombre en esa [jornada] contra Él pecaría y se pondría en deuda con su alma, por eso dijo: También esto es vanidad. Por eso dijo Salomón: Vanidad de vanidades, todo es vanidad, mira, su [suma da] siete. Pero po ninguno, pues era todo santidad, y luz y reposado descanso. R. Isaac dijo: Aunque así fuese , sin embargo vio, que el hombre en esa [jornada] contra Él pecaría y se pondría en deuda con su alma, por eso dijo: También esto es vanidad. Por eso dijo Salomón: Vanidad de vanidades, todo es vanidad, mira, su [suma da] siete. Dado que el Eterno creó el séptimo día para que en él no se trabajara, no se dice: hubo una tarde, hubo una mañana.
V. 13. El justo, florece como una palmera. Así como esta palmera es hermosa en su aspecto y que todos sus frutos son dulces y buenos, del mismo modo también el hijo de David [= el mesías] es hermoso en su aspecto y todas sus acciones son dulces y buenas ante el Santo, ¡bendito sea!
A. Churaqui: En exégesis alegórica los Rabinos atribuyen este Salmo a Adán saliendo de manos del Señor y maravillándose ante el esplendor de la primera mañana del universo.
La gracia de Dios sale a la luz, y más aun en este día sábado, al cual el Salmo está dedicado; pero cuando todas las luminarias palidecen y toda la creación se adentra en la noche, se despierta el diálogo de la fe.
DE LA LITURGIA JUDÍA
Nuestro salmo 91(92) forma parte del cuarto Libro de los salmos, constituido por 17 poemas de los cuales al menos 15 desempeñan un rol central en la liturgia judía. Hablamos de ello en la rumia correspondiente al salmo 97(98), correspondiente al 6° domingo de Pascua. A dicha rumia remitimos. Concentrémonos ahora en nuestro salmo “sabático”.
En el judaísmo rabínico post-bíblico los salmos no son vistos como “oraciones”; se los considera textos proféticos (al igual que el NT en el que David es denominado ‘profeta’), como material homilético o de estudio. Claro que algunos fueron usados en el Templo de Jerusalén: la Misná (aprox. 200 d. C.) recuerda que allí a cada día de la semana le venía asignado un salmo específico (esos poemas eran los siguientes: domingo 24; 48; 82; 94; 81; 93 y el sábado 92. Cf. mTam 7,4). Es así que nuestro poema es considerado una profecía del “sábado eterno”. Al respecto dice Rashi, basándose en el Talmud (BRH 31a): "Salmo, canto, para el día del sábado: que ellos, los levitas cantaban. Se refiere al mundo venidero, que es todo sábado".
LOS MAESTROS DE LA FE NOS ILUMINAN
Atanasio de Alejandría: Debemos alabar al Señor por la obra del Hijo Unigénito que ha preparado nuestra resurrección.
Eusebio de Cesarea: Nos alegramos por lo realizado, y lo que nos alegra es el día mismo, ¡es el día de la resurrección del Señor! En este día, si lees con atención las Escrituras, el Señor ha hecho nada menos que el día: se trata del día del Señor, día del cual exclamamos: ¡Me alegras, Señor, con tus maravillas; gozo por la obra de tus manos!
Cirilo de Alejandría: No se deben separar las dos partes que constituyen este verso: se trata de anunciar día y noche la misericordia que es Cristo y la verdad que es Cristo.
Juan Crisóstomo: (...) A nosotros, que vivimos plácidamente y gozamos de los bienes de Dios, nos conviene entonar himnos que le dan gracias [a Dios], de modo que si alguna cosa aflojara nuestra alma por la ebriedad o la saciedad, viniendo después la salmodia, podamos rechazar todas aquellas falsas y vacías resoluciones. Y lo mismo que muchos ricos, llenando de bálsamo la esponja limpian las mesas para que, si ha quedado alguna mancha de los alimentos, desaparezca y quede la mesa limpia; así también hemos de hacer nosotros lo mismo, llenando la boca con el bálsamo de la melodía espiritual, para que, si aparece una mancha en el alma por la voracidad, la limpiemos con aquella melodía [de los salmos], y todos a coro digamos: nos has deleitado, Señor, con tus hazañas y gozaremos con las obras de tus manos (Sal 91,5).
Gregorio de Nisa: El salmo que sigue al nonagésimo primero, contiene algo aun más evidente (...), expresado en el título. Este es el texto: Alabanza cantada, de David, para la vigilia del sábado, cuando fue fundada la tierra[2]. ¿Quién no conoce aquel relato de nuestra religión, que en el día sábado se cumplió el misterio de la muerte cuando aquel cuerpo, de acuerdo a la ley de la vida, yacía inmóvil en el lecho de la muerte? ¿Y aquel día, cuando la tierra fue cimentada por nuestro Creador, que, habiendo vencido al destructor de nuestra morada, reconstruyó desde el inicio aquello que había sido destruido? Nuestro destructor era la muerte, que fue aniquilada por [el Señor Jesús] cuando, mientras a nosotros nos parecía que el sábado permanecía inmóvil allí donde se encontraba, en realidad abatía la potencia de la muerte, abriendo, por su medio, el camino hacia la resurrección para sí y para todos los muertos.
Hilario de Poitiers: El día sábado se prescribía a todos, sin excluir a nadie, de no realizar ningún trabajo, descansando en el reposo. ¿Cómo, entonces, pudo el Señor desobedecer lo del sábado? (...) En verdad, grandes son las obras de Dios : Tiene el cielo en sus manos, da la luz al sol y a los demás astros, hace crecer las plantas de la tierra, mantiene al hombre en vida... Sí, todo existe y dura en el cielo y sobre la tierra por la voluntad de Dios Padre ; todo viene de Dios y todo existe por medio del Hijo. Pues, de hecho, Él es la cabeza y el principio de todo. En Él todo ha sido hecho. Y de su plenitud, según la iniciativa de su eterna potencia, lo ha creado todo.
Ahora bien, si Cristo actúa en todo, es necesariamente mediante la acción de Aquel que actúa en Cristo. Por eso está escrito : El Padre trabaja siempre y también yo trabajo (Jn 5,17). De hecho, todo aquello que viene hecho por Cristo, el Hijo de Dios habitado por Dios Padre, es obra del Padre. Por tanto, cada día, cada cosa es creada por el Hijo, todo lo que es hecho por el Padre es hecho por medio del Hijo.
Ambrosio de Milán: Que la mano de los pecadores no me mueva (Sal 35,12), es decir: que las acciones de aquellos que pecan no me mueva de mi permanencia en la justicia. Porque comúnmente sucede que cuando vemos prosperar a los pecadores, y llenarse de bienes, nuestros sentimientos vacilan y es como sí, -la mano de los pecadores-, nos arrancará de las raíces de la virtud. Es necesario estar atentos y permanecer vigilantes para que la mano del adversario no nos derribe, pues somos árboles que la mano del Señor ha plantado en su casa (cf. Sal 91,14).
El artesonado de nuestras casas son cedros (Ct 1,17). Con la imagen del cedro se expresa la gloria de los antiguos padres que fueron justos: El justo florecerá como palmera, se alzará como cedro del Líbano (Sal 91,13): De hecho, así como el cedro no se marchita, tampoco la gloria de los antiguos tampoco padece la corrupción d la vejez.
Agustín de Hipona: Desaparece la hierba, desaparece el florecimiento de los pecadores. ¿Qué permanecerá de los justos? El justo florecerá como la palmera. Los pecadores perecen, como la hierba; el justo florecerá; como palmera. En la palmera se simbolizó la sublimidad. Quizás lo simbolizó la palmera, porque su copa es hermosa, para que ponderes el comienzo de ella [sus raíces], que procede de la tierra, y estimes su culminación en su cima, en la cual se contiene toda su hermosura. Su raíz parece tosca allí, en el suelo, pero su copa es hermosa, flotando al viento. Luego así de hermosa será al final. ¡Qué tu raíz se halle afianzada! Pero nuestra raíz se halla en lo alto. Nuestra raíz es Cristo, el cual subió al cielo. Humillado, será exaltado. Como cedro del Líbano se multiplicará. Observen qué árboles son los que nombró. El justo florecerá como palmera; como cedro del Líbano se multiplicará. ¿Por ventura se seca la palmera, se seca el cedro al aparecer el sol? En ciertas ocasiones, cuando el sol calienta, se seca el pasto. Llegará, entonces, el juicio, y se secarán los pecadores y florecerán los justos. Como cedros del Líbano se multiplicarán.
Jerónimo Presbítero: Mi vejez en la abundante misericordia[3] (Sal 91,11). Nuestra vejez tiene necesidad del óleo de Dios. Del mismo modo que nuestros cuerpos, cuando trabajan (hablo de manera sencilla en atención a los hermanos menos letrados, cuyas mentes no alcanzan a entender lo demasiado sublime), del mismo modo, -digo-, que nuestros cuerpos, cuando trabajan, no se reponen más que ungidos con aceite, y del mismo modo que la luz en una lámpara se extingue si no se le echa aceite, así también la luz de mi vejez necesita del aceite de la misericordia de Dios para mantenerse viva. También los apóstoles suben al monte de los Olivos, para verse iluminados por el oleo de Dios, ya que estaban agotados de cansancio y sus lámparas precisaban del aceite. De ahí que también el justo diga: Yo soy como olivo fructífero de la morada de Dios (Sal 51,10). En otro pasaje se dice: Tus hijos como renuevos de olivo en torno a su mesa (Sal 127,3). ¿Es que no había ningún otro monte desde el cual el Señor ascendiera al reino de los cielos, más que el monte de los Olivos? (...) Observa, sin embargo, lo que nos enseñan las Escrituras: si no pones aceite en ti y en tus lámparas no podrás ascender al reino de los cielos.
Casiodoro: El hombre insensato está muy alejado de la sabiduría divina.
Regla de san Benito: En los días ordinarios (...) celébrese la solemnidad de Laudes de este modo: dígase el salmo 66 sin antífona, demorándolo un poco, como el domingo, para que todos lleguen al 50 que se dirá con antífona. Luego díganse otros dos salmos, como es de costumbre (...): el viernes, el 75 y el 91 (...).
ORACIONES Y TÍTULOS SÁLMICOS
Haz que desaparezca, Señor, nuestra vergüenza y alégranos con las obras de tu manos: y puesto que la predicación apostólica nos ha plantado en tu casa, has que florezcamos en tus atrios de siempre en fe, esperanza y amor (Serie A).
Haz, Señor, que podamos exultar siempre de gozo en la contemplación de tus maravillas: consérvanos en tal juventud de espíritu que, aun en la vejez, podamos brindarte los frutos de nuestro amor y nuestra alabanza (Serie B).
Oh Dios, que eres el gozo eterno de los santos, que haces que los justos, colmados con múltiples beneficios, florezcan en tus atrios como palmeras que jamás se secan, te pedimos nos libres del peso de nuestros pecados y nos hagas dignos de participar de la compañía de tus elegidos (Serie romana).
Señor Dios, tú vives eternamente, te damos gracias por la vida de tu Cristo y por su cuerpo que va creciendo en nosotros. Concede a tu Iglesia seguir creciendo y dando fruto, llena de gozo por la grandeza de tus obras;, que ella anuncie al mundo tu amor (Psautier liturguique).
El Salmo nos muestra como Cristo proporciona a los vencedores la palma celestial (Título de la serie 5a).
¿COMES MUCHAS VECES POR DÍA?, ¡NO DEJES DE ALIMENTARTE CADA DÍA!
¡REPITE, ASIMILA, VIVE LA PALABRA!
REPITE, DURANTE TODA LA SEMANA, UNA Y OTRA VEZ:
{inspirando} ¡Alzaré la copa de la salvación! | {espirando} ¡invocaré el Nombre del Señor! |