SEXTO DOMINGO DE PASCUA. Ciclo "B"

Cristo y la Iglesia. Siglo XIII. Salterio. París.

 

Salmo 97 (98)

ORANDO [CON] EL SALMO RESPONSORIAL

Canten al Señor un cántico nuevo. El hombre nuevo lo sabe; el viejo, no. El hombre viejo es la vida vieja, y el nuevo, la nueva. La vida vieja se deriva de Adán, la nueva se forma en Cristo. En este salmo se dice a todo el orbe de la tierra que cante un cántico nuevo. En otro se dice esto más claramente: Canten al Señor un cántico nuevo; cante al Señor toda la tierra (Sal 95[96],1) Se canta en toda la tierra, no en una parte de ella. (...) Miren y vean que también se dice esto aquí. Cuando se dice al orbe entero que cante el cántico nuevo, se entiende que la paz canta el cántico nuevo. Canten al Señor un cántico nuevo, porque el Señor hizo maravillas. ¿Qué maravillas? Hace poco se leía el Evangelio, y leíamos en él las maravillas del Señor. Era llevado a enterrar un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda (Lc 7,12-15); compadecido el Señor, hizo detener a los que lo transportaban; bajado el féretro de sus hombros, dijo el Señor al joven: A ti te digo: levántate, y se sentó el difunto y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. He aquí las maravillas que hizo el Señor; pero mayor maravilla es el haber resucitado de la muerte eterna a todo el orbe de la tierra que el haber resucitado al hijo único de una madre viuda. Luego canten al Señor un cántico nuevo, porque el Señor hizo maravillas. ¿Qué maravillas? Oye: Para él reparó su diestra y su santo brazo. ¿Cuál es el brazo santo del Señor? Nuestro Señor Jesucristo. Oye a Isaías: ¿Quién creyó lo que nos oyó y a quién se reveló el brazo del Señor? (Is 53,1). Luego el brazo santo y su diestra es lo mismo. Por tanto, nuestro Señor Jesucristo es brazo y diestra de Dios (Agustín de Hipona, Comentario al salmo 97,1).

 

Leccionario: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R: cf. 2b)

Liturgia de las Horas: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R: cf. 2b)

 

Canten al Señor un canto nuevo,

porque Él hizo maravillas:

su mano derecha y su santo brazo

le obtuvieron la victoria.

 

El Señor manifestó su victoria,

reveló su justicia a los ojos de las naciones:

se acordó de su amor y su fidelidad

en favor del pueblo de Israel.

 

Los confines de la tierra han contemplado

el triunfo de nuestro Dios.

Aclame al Señor toda la tierra,

prorrumpan en cantos jubilosos.

 

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas;

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo.

 

El Señor da a conocer su victoria,

revela a las naciones su justicia:

se acordó de su misericordia y su fidelidad

en favor de la casa de Israel.

 

Los confines de la tierra han contemplado

la victoria de nuestro Dios.

Aclama al Señor, tierra entera;

gritad, vitoread, tocad.

 

 

«La oración es la vida del corazón nuevo. Debe animarnos en todo momento. Nosotros, sin embargo, olvidamos al que es nuestra Vida y nuestro Todo. Por eso, los Padres espirituales, en la tradición del Deuteronomio y de los profetas, insisten en la oración como un “recuerdo de Dios”, un frecuente despertar la “memoria del corazón”: “Es necesario acordarse de Dios más a menudo que de respirar”» (Catecismo de la Iglesia Católica 2697).

 

¡REPITE, ASIMILA, VIVE LA PALABRA! REPITE, DURANTE TODA LA SEMANA,

UNA Y OTRA VEZ:

{inspirando}

¡El Señor revela!

{espirando}

¡su salvación!

 

SUGERENCIAS PARA LA JACULATORIA

¡El Señor revela!, // ¡su salvación!

ó:

¡Aleluya, aleluya!, // ¡aleluya!

ó:

¡El Señor revela su victoria!, // ¡a todas las naciones!

 

NOTAS EXÉGETICAS AL SERVICIO DE LA LECTURA ORANTE

(a) Nuestro salmo responsorial forma parte de los salmos de YHVH Rey, que son poemas utilizados por la Liturgia, tanto en el tiempo navideño, como durante la cincuentena pascual. Además de venir siendo empleados, cotidianamente, para la Hora de Laudes, que es, por excelencia, la “hora de la luz nueva de la resurrección”: por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el Sol que nace de lo alto. ¡Es por eso que los salmos de este grupo, salvo el 90(91) y 94(95) y, son utilizados para alabar y hacer memoria cotidiana de la “luz de la Vida”, de la Resurrección. Estos poemas, -Sal 92[3] a 98[99]-. forman parte de un conjunto que, hablando en términos musicales, ha sido denominado: ‘Oratorio para la venida del Reino’.

Veamos ahora como la sucesión de nuestros Salmos del Reino fue teológicamente (orquestada-compuesta) por los “teólogos-compositores” de la sinfonía del Salterio, con el fin de dar su tonalidad específica al 4º libro del Salterio. Tanto el primer Salmo (92), el quinto (96) y el séptimo (98) comienzan con una proclama, que al repetirse, queda transformada en ‘fórmula’:

El Señor reina (vestido de majestad) (92,1);

El Señor reina (la tierra goza) (96,1);

El Señor reina (tiemblen las naciones) (98,1).

Vemos que cada uno de estos salmos desarrolla un aspecto o faceta del Reinado:

-En el 92: el Señor es Rey sobre todos los poderes y fuerzas del orbe desde siempre;

-En el 96: se proclama la revelación del Reino a todos los pueblos, pues se alegran las islas innumerables..., la tierra se estremece..., porque tu eres Señor altísimo sobre toda la tierra;

-En el 98: se subraya la revelación del Reino en la historia de Israel, ya que tú actúas en Jacob..., Moisés y Aarón con sus sacerdotes..., oyeron la Ley que les dio.

Los dos himnos de tono imperativo, los Sal 95 y 97 que se dirigen a los pueblos y los exhortan a reconocer y aclamar el poder del Señor (= que el Señor Reina). Ambos Salmos comienzan con:

-Canten al Señor un cántico nuevo (95,1 y 97,1).

Y ambos culminan con una amplia invitación a un júbilo cósmico,

 -Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena..., delante del Señor que ya llega, ya llega a regir la tierra (95,11-13 // 97,7-9).

¡Júbilo cósmico ante la Venida-Presencia del Señor en la “Carne” y en la anticipadora gloria de la Resurrección!

(b) Este salmo es gemelo del 96 y pertenece a la serie 93-99 Es un himno a la realeza del Señor que, después de una victoria patente, viene a tomar posesión de su reino universal. Observa puntualmente los cánones del genero himno, es decir invitación, motivación.

Lo peculiar del salmo es que reparte la motivación en dos piezas y las coloca en el verso primero y en los dos últimos.

Aunque el salmo canta en términos genéricos una victoria del Señor y la inauguración de su reinado, unos cuantos datos inducen a situarlo en la coyuntura del profeta del destierro, Isaías Segundo, bien en el tiempo de predicción esperanzada, bien en la realización inicial. Tenemos que leer aquí unos versos de dicho profeta: ¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación, y dice a Sión: «¡Tu Dios reina!».¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión. ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, verán la salvación de nuestro Dios (Is 52,7-10).

La semejanza, a ratos identidad, es patente, a la cual hay que añadir un par de datos. Casi al principio de la profecía se lee un breve himno a la victoria, con participación coral de hombres, mar y montañas, en ámbito universal: Canten al Señor un Cántico nuevo, muja el mar y lo que contiene, las costas y sus habitantes (Is 42 10) [L. Alonso Schökel - C. Carniti, Salmos II].

(c) Citas o alusiones a nuestro salmo en el Nuevo Testamento:

97,1 Ap 5,9; 14,3

97,2-3 Rm 1,16-17

97,3a-b Lc 1,54

97,3c-d Hch 28,38

97,9 Hch 17,31; Rm 1,18; Ap 18,20; 19,11

El cántico nuevo

Dios revela su justicia

Dios recuerda su bondad hacia Israel

La salvación abierta los paganos

Dios viene a hacer justicia

 

LA PALABRA EXPLICA LA PALABRA

Nota: Numerosos textos bíblicos son citados, a modo de referencia, tanto en los textos que anteceden esta sección como en los que siguen. Consultándolos podrá completar el polifacético eco bíblico suscitado por nuestro poema. Póngase especial atención a las citas bíblicas que hacen referencia a la 2a parte de nuestro salmo.

El v. 2 de nuestro salmo, a través de la traducción griega de los LXX, le proporcionó a san Pablo el vocabulario que serán esenciales en la teología paulina. Nos referimos a las tres expresiones: dar a conocer, revelar y justica de Dios. Estas expresiones se encuentran en los textos paulinos que poseen un ‘estilo de revelación’. Presentamos los textos en la siguiente tabla:

Salmo 97,2: Neovulgata

Leccionario

Liturgia de las Horas

Notum fecit Dominus salutare suum, in conspectu gentium revelavit iustitiam suam.

El Señor manifestó su victoria,

reveló su justicia a los ojos de las naciones.

El Señor da a conocer su victoria,

revela a las naciones su justicia.

Traducción de la Neovulgata

Salmo 97,2 LXX

Romanos 1,16-17

El Señor manifestó su SALVACIÓN,

reveló su justicia a los paganos.

Transliteración

Egnorisen kurios to soterion autou enopion toon ethnoon apokalypsen ton dikaiosuneen autou = Dio a conocer el Señor su salvación ante los paganos, reveló su justicia/justificación.

Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo son.

En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe, conforme a lo que dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.

 

La relación entre el PT y el NT queda difuminada por la traducción de ‘salvación’ como ‘victoria’, lo cual es filológicamente correcta y hasta, en muchos casos, el contexto lo exige. Pero tropezamos, por enésima vez, con la necesidad de distinguir entre traducciones para la Liturgia y/o para la lectura/estudio. La teología de la salvación/justificación por la fe queda obnubilada y, en el contexto litúrgico resulta más difícil descubrir que este, nuestro salmo 97(98) es empleado como responsorial porque con-resucitamos con Cristo entramos a participar de ella en el bautismo desde la gratuidad de la justificación por la fe, misterio escondido desde siempre y ahora manifestado a todos los pueblos de la tierra[1]. 

Hagamos un somero repaso de los principales pasajes de Pablo. El Apóstol da a conocer el Evangelio: 1 Co 15,1; Ga 1,11. Misterio que ahora ha sido revelado: Ef 1,9; 3,3. 5 y 10; es el ‘misterio del Evangelio’: Ef 6,19. Por otra parte, la ‘justicia’ de Dios ha sido revelada: Rm 1,17, y esa justicia de Dios es Cristo resucitado.

Este don misericordioso es rememorado en el salmo de María: Él ha rescatado a Israel, su hijo/servidor, acordándose de su misericordia (Lc 1,54).

En el Areópago, Pablo se sirve de palabras de este salmo para anunciar la parusía: Porque él ha establecido un día para juzgar al universo con justicia (Sal 98/97,9), por medio de un Hombre que él ha destinado y acreditado delante de todos, haciéndolo resucitar de entre los muertos» (Hechos 17,31).

La salvación de Dios es el contenido del mensaje que los apóstoles proclaman. A quienes rechazan su salvación en Roma, Pablo les recuerda el oráculo de Isaías (6,9-10), y luego agrega Sepan entonces que esa salvación de Dios va a ser anunciada a los paganos (Hechos 28,28).

En el Apocalipsis Juan describe en los capítulos 4 y 5 una liturgia celestial, en la que una vez que el Cordero ha tomado el libro, los 24 ancianos cantan el cántico nuevo: “cantaban un canto nuevo, diciendo: «Tú eres digno de tomar el libro y de romper los sellos, porque has sido inmolado, y por medio de tu Sangre, has rescatado para Dios a hombres de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones. Tú has hecho de ellos un Reino sacerdotal para nuestro Dios, y ellos reinarán sobre la tierra» (Ap 5,9-10).

Dicha liturgia celestial es retomada en los capítulos 14 y 15:

Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra (Ap 14,2-3).

Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre?» (Ap 15,2-3).

  

DE LA TRADICIÓN DE ISRAEL 

Nuestro salmo 98(97) forma parte del cuarto Libro de los salmos, constituido por 17 poemas de los cuales al menos 15 desempeñan un rol central en la liturgia judía.

- No sólo algunos versos aislados, sino los salmos como tales;

- 11 de esos poemas son recitados diariamente, o, en algunos casos, semanalmente.

Son dos, los momentos de la liturgia judía en el que dichos poemas vienen utilizados. La primera se denomina “Versos cantados” (en arameo = Pesuke deSimra ). Esta sección es la que da apertura a la Oración de la mañana. La segunda sección se llama “Recepción del Sábado” (en hebreo:= Kabbalat Schabbat), que da inicio a la liturgia del viernes al atardecer. 5 de estos salmos (90; 91; 92; 93; 100)[2] son empleados con toda regularidad cada mañana para la liturgia matutina; mientras otros 5 (95; 96; 97; 98 y 99) forman parte del Kabbalat Schabbat; dos (92; 93) son empleados al finalizar ‘la recepción del sábado”, sirviendo de introducción a la liturgia de la noche de cada viernes. Alguno de estos salmos son asignados a determinados días (así por ej., el 92 al sábado; 93 para el viernes; el 94 el miércoles); el día del perdón, -Yom Kippur- se reza el 103; en Rosch Chodesch 104. Los salmos 105-106 no son usados como salmos, sino que son citados en 1 Crónicas 16,8-36 (texto que forma parte de los Pesuke deSimra).

El motivo de un uso tan prominente de los salmos del cuarto Libro del Salterio en la liturgia judía se debe, en buena parte, a que de acuerdo a la tradición, también citada por Raschi, no sólo el salmo 90(89) tiene por “autor” a Moisés (v. 1: Oración de Moisés, hombre de Dios), tal como expresamente se dice en el título del salmo, sino que también los 10 poemas siguientes también serían mosaicos, aunque de estos no se dice expresamente. Un amplio espectro de la tradición postula que David se topó con ellos y los incorporó al Salterio.

Midrash Tehillim: Salmo 98,1: Canten al Eterno un cántico nuevo, etc. Eso es lo que la Escritura dice: Canten al Eterno un cántico nuevo, su fama [llega] hasta los confines de la tierra (Is 42,10), ya que cantarán un cántico como una ayuda para los israelitas. A Él le ayudó su derecha, su santo brazo. Dijo R. Aca: Mientras los israelitas permanecen en el exilio/destierro, la derecha del Santo, -¡bendito sea!-, si así puede uno decirlo, también permanece cautiva, pero una vez que los israelitas han sido redimidos, ¡mira y observa lo que en este caso está escrito! Le auxilió su derecha, su santo brazo. Y también dice: El Eterno ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todos los pueblos (Is 52,10). Es eso lo que quieren decir las palabras del v. 3: se acordó de su gracia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. V. 4: Aclamen al Eterno todos los países, etc. V. 5: toquen arpegios para el Eterno con la cítara, con la cítara y voces de cantares. V. 6: con clarines y al son de trompetas den gritos de júbilo ante el Rey. V. 7: Retumbe el mar y cuanto contiene. Todo esto a causa de que (finalizó) el exilio de los Israelitas. Esto es lo quiero enseñarte, que ninguna alegría es completa hasta que los israelitas han sido redimidos.

V. 8: Los Ríos baten palmas/manos (mano = KF) viendo la alegría de los israelitas. R. Nehemías ha dicho: esto se afirma en tres lugares [de la Escritura]: ustedes, pueblos todos, batan palmas (Sal 47,2). Mano con mano, ante la alegría de los israelitas. Y todos los árboles del bosque baten palmas (Is 55,12), pues batían rama contra rama. Bajo (la palabra KF) ‘mano’, no debemos entender otra cosa que ‘rama’ (‘aKF), como está escrito: Con el fruto de árbol frondoso, con ramas de palmas (KFT. Lv 23,40). Los ríos baten la(s palma(s) (KF) contra la roca (KYF) [que está a la orilla] de la corriente; baten/golpean con alegría sobre la roca de la corriente, ¿por qué? V. 9: [lo hacen] en presencia del Eterno, que ha venido a juzgar la tierra.

A. Chouraqui: La tierra toda entera será salvada y escuchada gracias a la salvación de Israel. Más aun: la salvación es para todo el cosmos, el reino de la gracia es total, sin fronteras y sin fin... El orden natural ha palidecido ante el desborde de gracias. Dios reina en su sobrenatural grandeza: gobierna desde la evidencia de su justicia.

 

LOS MAESTROS DE LA FE NOS ILUMINAN

Orígenes: El Señor es el juez, revela su justicia, nos muestra que es justo, en el hecho mismo de que los seres humanos son justificados mediante su salvación.

Eusebio de Cesaréa: Lo mismo que el salmo precedente, este es una profecía de las dos venidas del Salvador, pero sobre todo habla de la segunda. Cántico nuevo, porque las cosas van a cambiar. El Salvador, al venir a este mundo, ha gustado la muerte, y nos ha hecho partícipes del don de sus misterios.

La promesa hecha a Abrahán: En ti serán bendecidas todas las naciones” (Gn 12,3), es confirmada por el acontecimiento. Su misericordia se ha realizado. Los patriarcas y David sabían que Cristo nacería de ellos y que nos salvaría. Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios porque el Evangelio ha sido difundido a toda la tierra.

Cirilo de Alejandría: Canten un canto nuevo porque todo ha sido renovado en Cristo. ¿Qué es lo que debemos cantar? Que Cristo ha hecho maravillas. Nadie queda excluido de la salvación de Cristo.

Hilario de Poitiers: Cántico nuevo, porque su diestra, su santo brazo, lo han librado y el Señor ha dado a conocer su Salvación a odas las naciones, él que tiene el poder de dar la vida y de recobrarla (cf. Jn 10,18). El Hijo Único de Dios, para salvar al hombre, no tuvo necesidad de ayudas extrañas: permaneciendo en la gloria de su majestad paterna, él su propia potestad. Mediante la gloria de su resurrección ha dado a conocer a todos los pueblos paganos su salvación.

Agustín de Hipona: La salvación es Cristo: “Todos los hombres verán la salvación de Dios” (Lc 3,6); “Mis ojos han visto tu salvación” (Lc 2,30). Su advenimiento [el de Cristo] será duro para los duros y suave para los humildes. Está en tus manos la manera en que esperas la vuelta de Cristo.

Jerónimo Presbítero: El canto nuevo es el Hijo de Dios crucificado. Jamás se había escuchado nada semejante. “La diestra y el brazo simbolizan la potencia: Cristo.

Casiodoro: Las dos venidas de Cristo. El canto nuevo canta las maravillas del Señor. Rememoremos todas las curaciones del Evangelio y sobre todo su resurrección: ¡jamás se oyó nada igual! 

 

ORACIONES SÁLMICAS

Renovaste, Señor, nuestro cántico de alabanza al manifestar tu gracia a todos los hombres de la humanidad de nuestro salvador Jesucristo y cuando tu abrazo de santidad le dio la victoria contra la muerte, haz que en las celebraciones eucarísticas nuestro canto de alabanza sea siempre nuevo, hasta el día de tu retorno, en que iremos en la nueva Jerusalén para los siglos de los siglos. Amén.

Te cantamos, Señor, con la cítara de nuestro corazón y te entonamos salmos y cánticos espirituales, rogando a Dios Padre se digne curarnos por tu diestra y conservarnos por tu salvación, que no es otra que tú, Cristo, manifestado ya a todos los pueblos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

¿COMES MUCHAS VECES POR DÍA?,

¡NO DEJES DE ALIMENTARTE CADA DÍA!

¡REPITE, ASIMILA, VIVE LA PALABRA! REPITE, DURANTE TODA LA SEMANA,

UNA Y OTRA VEZ: 

{inspirando}

¡El Señor revela!

{espirando}

¡su salvación!

 



[1] Afirmaba Benedicto XVI en su Discurso en la universidad de Ratisbona (12-09-2006): “Hoy sabemos que la traducción griega del Antiguo Testamento -la de «los Setenta»-, que se hizo en Alejandría, es algo más que una simple traducción del texto hebreo (la cual tal vez podría juzgarse poco positivamente); en efecto, es en sí mismo un testimonio textual y un importante paso específico de la historia de la Revelación, en el cual se realizó este encuentro de un modo que tuvo un significado decisivo para el nacimiento y difusión del cristianismo”. Y el papa emérito cita, en nota 9, una obra que postula la coexistencia de varias formas canónicas simultáneamente: Cf. A. Schenker, L'Écriture sainte subsiste en plusieurs formes canoniques simultanées, en: L'interpretazione della Bibbia nella Chiesa. Atti del Simposio promosso dalla Congregazione per la Dottrina della Fede, Ciudad del Vaticano 2001, pp. 178-186.

[2] En este caso la numeración del Salterio según el TM.