QUINTO DOMINGO DURANTE EL AÑO. Ciclo "C"
Jesús predicando desde un bote. 1912. Vitral de la Catedral de la Inmaculada Concepción. Denver, USA.
Salmo 137 (138)
ORANDO [CON] EL SALMO RESPONSORIAL
La esposa dice abiertamente y sin rubor alguno: Que me bese con besos de su boca (Ct 1,1). ¿No te parece que equivale a decir: No te tengo a ti en el cielo? Y contigo, ¿qué me importa la tierra? (Sal 72,25). En realidad ama desinteresadamente, porque pretende tan sólo al que ama y nada más que a él. Ama con rectitud, sin concupiscencia carnal, y en la pureza del espíritu. Ama con ardor, tan embriagada por su propio amor que ni piensa en su majestad. Porque, ¿a quién se lo pide? Al que mira la tierra y ella tiembla. ¿Y le pide un beso? ¿Pero no estará embriagada? Sí, y por completo. No sería extraño que cuando se lanzó a pedirlo saliera de la bodega. ¿No se gloriará más tarde de haber sido introducida allí? También David decía refiriéndose a otros: Se embriagan con lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias (Sal 35,9) ¡Qué grande es la violencia del amor! ¡Qué confianza infunde el espíritu de libertad! El amor perfecto echa fuera el temor (1 Jn 4,18), ¿hay algo más evidente? (...) La esposa con pudor, busca a los amigos del esposo, esos amigos son los ángeles que asisten a los que oran, para presentar a Dios las súplicas y deseos de los hombres, siempre que ven que sin iras y querellas alzan las manos inocentes. Así lo atestigua el ángel que decía a Tobías: cuando tú estabas rezando con lágrimas y enterrabas a los muertos. Cuando te levantabas de la mesa para esconder a los muertos en tu casa y los enterrabas de noche, yo presentaba al Señor tu oración. Espero que para convencerlos alcance el siguiente testimonio de la Escritura. Así lo afirma igualmente el Salmista: van delante los príncipes unidos a los cantores de salmos, y en medio las muchachas van tocando panderos (cf. Sal 67,26). Por eso dice: En presencia de los ángeles te cantaré salmos (Sal 137,1). Debido a esta circunstancia me duele mucho que algunos de ustedes se duerman profundamente durante las sagradas Vigilias. Faltan a la reverencia debida a los conciudadanos del cielo, como cadáveres ante los príncipes de la gloria, mientras ellos, conmovidos por el fervor de los demás, gozan participando del culto de ustedes. Temo que un día abominen nuestra desidia y se retiren indignados. Entonces será ya tarde para exclamar acongojados: Has alejado de mí a mis conocidos y me has hecho repugnante para ellos. Y también: Has alejado de mí amigos y compañeros, mi compañía son las tinieblas (Sal 87,9 y 19) (Bernardo de Claraval, Sermones sobre el Cantar de los Cantares VII,3-4).
Leccionario: Salmo 137,1-2a. 2bc-3. 4-5. 7c-8 (R.: 1c) | Leccionario de España: Salmo 137,1-2a. 2bc-3. 4-5. 7c-8 |
[De David. LXX: De Ageo y Zacarías]
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca [LXX]. Te cantaré en presencia de los ángeles y me postraré ante tu santo Templo.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma.
Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande.
Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos! |
1 Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti.
2 Me postraré hacia tu santuario.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad. 3 Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.
4 Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; 5 canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande.
7c Tu derecha me salva. 8 El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. |
El ser humano no se mantiene en pie gracias a sus riquezas, ni debido a su sabiduría, ni menos aun, gracias a sus propias fuerzas.
¿Y, entonces, qué es lo que le permite mantenerse en pie?
¡Su oración!
(Midrash Tehillim 142,1)
¡REPITE, ASIMILA, VIVE LA PALABRA! REPITE, DURANTE TODA LA SEMANA,
UNA Y OTRA VEZ:
{inspirando} ¡Delante de los ángeles! | {espirando} ¡te cantaré, Señor! |
SUGERENCIA PARA LA JACULATORIA
¡Te cantaré, Señor! // ¡En presencia de los ángeles!
ó
¡Delante de los ángeles! // ¡Tocaré para ti, Señor!
NOTAS EXÉGETICAS AL SERVICIO DE LA LECTURA ORANTE
(a) El v. 1b sólo figura en nuestro Leccionario y no en la Biblia del Pueblo d Dios ni tampoco en el Leccionario de España. Proviene de la versión griega de los LXX y más de un exégeta (por ejemplo Ravasi, Il Libro dei Salmi III, p. 772, n. 1) considera que formaba parte del texto y se perdió en el proceso de transmisión del Texto Masorético. Puede parecer un detalle sin importancia pero pone en evidencia la dificultad de establecer como única fuente del “texto canónico” a admitir el TM. Tanto que Benedicto XVI habla de una cierta valencia canónica de los LXX:
«Hoy sabemos que la traducción griega del Antiguo Testamento, realizada en Alejandría -la Biblia de los “Setenta”-, es algo más que una simple traducción del texto hebreo (sobre la cual habría que dar quizá un juicio poco positivo): en efecto, es un testimonio textual en sí mismo y un importante paso específico de la historia de la Revelación, en el cual se realizó este encuentro de un modo que tuvo un significado decisivo para el nacimiento del cristianismo y su divulgación. En el fondo, se trata del encuentro entre fe y razón, entre auténtica ilustración y religión. Partiendo verdaderamente de la íntima naturaleza de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de la naturaleza del pensamiento griego ya fundido con la fe” (Discurso en la Universidad de Ratisbona, 13-09-2006).
El Libro del Pueblo de Dios | Leccionario del “Cono Sur” | Leccionario de España |
1a Te doy gracias, Señor, de todo corazón, 1b
1c te cantaré en presencia de los ángeles. 2 Me postraré ante tu santo Templo. | 1a Te doy gracias, Señor, de todo corazón, 1bporque has oído las palabras de mi boca . 1cTe cantaré en presencia de los ángeles 2 y me postraré ante tu santo Templo. | 1aTe doy gracias, Señor, de todo corazón; 1b
1c delante de los ángeles tañeré para ti. 2 Me postraré hacia tu santuario |
(b) La pesadilla del peligro que atenazaba y amenazaba la vida del orante y de todo el pueblo de Israel ha desaparecido (cf. Salmo 137[136]); brota, entonces, de los labios una profusa acción de gracias que el fiel realiza postrado en dirección al sagrado recinto del Templo, en presencia de la ‘corte celestial’ evocada bajo la arcaica denominación de los “dioses” (en hebreo ELOHIM; v. 1), vencidos por YHVH y reducidos al rango de ‘ángeles’. Al reconocerlo en el corazón y publicarlo en alta voz el creyente se transforma en testigo y misionero del don recibido ante los reyes y pueblos del orbe. Son tres los motivos por los cuales Dios no permanece mudo e indiferente ante el dolor de sus fieles: en primer lugar por su fidelidad a la alianza que lo vincula al justo (v. 2), en segundo lugar porque el Señor elige siempre al pobre y al oprimido y rechaza a los soberbios y poderosos (v. 6). Por último la persistente constancia de la providencia divina: Dios no creó al ser humano para después abandonarlo a un costado del camino, por el contrario, siempre lo acompaña con amor paterno y premuroso sin jamás abandonar la obra de sus manos (v. 8). También Pablo escribió a los filipenses que aquel que comenzó la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús (Flp 1,6) [inspirado en Turoldo-Ravasi].
(c) Es bueno observar algo más de cerca la presencia de los ángeles en el libro de los Salmos, porque esta mirada nos da la posibilidad de razonar sobre la mentalidad teológica, por la cual en el judaísmo los dioses de las naciones fueron identificados con los ángeles. Lo hacemos tomando como ejemplo nuestro Salmo 138(137), texto muy utilizado en la liturgia, sobre todo en las fiestas de los ángeles. Puntualicemos que a lo largo del Salterio son dos los vocablos hebreos que nuestras traducciones, sobre todo las litúrgicas, suelen verter por “ángel/es”: en primer lugar mensajero (malak), p. ej., en el Sal 34,8 y 35,5. 6. El segundo vocablo es dioses (elohim); es el caso de nuestro poema, al igual que en el Sal 8: Lo hiciste poco inferior a los ángeles/poco menos que un dios (8,6a). En la evolución teológica del Primer Testamento este segundo vocablo fue utilizado para circunscribir la experiencia de Dios (ELOHIM), no nos referimos a tal uso aquí[1].
Ejemplifiquemos la problemática que suscitan diversas traducciones, que como no puede ser de otra forma, son ya, desde el vamos, interpretaciones. Nosotros en el ámbito Latinoamericano no tenemos aun una versión única de la Biblia, para uso eclesial, tanto que una es la versión utilizada en la Eucaristía y otra en la Liturgia de las Horas. En el ámbito de lengua italiana existe una versión única, pero con la particularidad de dos traducciones sucesivas, habiendo la 2a remplazado la 1a. El siguiente cuadro las muestra:
Salmo 138,1c
1a Ed: davanti agli angeli a te voglio catare | 2a Ed: non agli dei, ma a te voglio cantare | Vulgata: In conspectu angelorum psallam tibi |
En presencia de los ángeles quiero cantarte | No a los dioses, sino a ti quiero cantar | En presencia de los ángeles salmodiaré para ti |
Al observar ambas traducciones, más de un oyente exclamó: ¡me han cambiado mi Biblia! No, no la han cambiado, le han dado otra interpretación. La expresión en presencia de los ángeles la 2a edición la había entendido: no a ellos quiero cantarles, sino únicamente a Tí. La versión griega de los LXX, en cambio había traducido: Ante el rostro (= en presencia) de los ángeles cantaré tus alabanzas. Al parecer el texto hebreo no hace referencia a los ‘ángeles’ sino a las divinidades paganas a las que se les niega toda adoración. Esta modificación de la traducción nos ayuda a comprender que el texto bíblico tuvo su historia, en el cual las afirmaciones claras y nítidas no son siempre ni fáciles ni posibles.
(d) Alusiones o citas de nuestro salmo en el NT:
137,1 137,2d 137,3b
137,4 137,6 137,7
137,7d 137,8
| Juan 11,41 Efesios 1,21 Efesios 3,16 Efesios 3,20 Apocalipsis 21,24 Santiago 4,6 Juan 5,21 Romanos 8,11 1 Corintios 15,22 Efesios 2,5 Mateo 8,3 Filipenses 1,6 | Te doy gracias porque me escuchaste Nombre sobre todo nombre que pueda nombrarse ..., que fortifica en ustedes el hombre interior Según su poder que actúa en nosotros Los reyes de la tierra le darán gloria Dios rechaza a los soberbios y da su gracia a los humildes Como el Padre da vida a los muertos, lo mismo el Hijo Dará vida a sus cuerpos mortales Todos revivirán en Cristo Nos ha hecho revivir con Cristo Jesús extendió la mano: que seas curado El que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el día de Cristo Jesús |
(d) Lo más importante del salmo 138(137), el verso final, tiene aplicación egregia a la vida cristiana: tensa entre una salvación otorgada y una salvación por culminar. Estamos a salvo y esperamos la salvación. El pasado, a medida que va pasando, se incorpora a nuestra vida configurándola; el futuro definitivo tira de nosotros como fuerza de gravedad hacia arriba, inserta ya en nuestro espíritu en figura de esperanza. Entre Cristo que vino y Cristo que ha de venir se dilata el camino que es él, el camino que recorremos. La dirección del camino se define por el término, tal como leemos en Filipenses 1,6: El que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el día de Cristo Jesús (basado en L. Alonso Schökel - C. Carniti, Salmos II) .
LA PALABRA EXPLICA LA PALABRA
Génesis 19,1: Los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer,, mientras Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad (cf. 2 P 2,7; Judas vv. 6-7).
Génesis 28,10-12: Jacob partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán. De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí. Entonces tuvo un sueño: vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra, y cuyo extremo superior tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban ángeles de Dios (cf. Jn 1,51).
Génesis 32,1-3: A la madrugada del día siguiente, Labán abrazó a sus nietos y a sus hijas, los bendijo, y regresó a su casa, mientras que Jacob prosiguió su camino. De pronto, le salieron al paso unos ángeles de Dios. Al verlos, Jacob exclamó: «Este es un campamento de Dios». Por eso dio a ese lugar el nombre de Majanaim.
Deuteronomio 6,4-9: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. Átalas a tu mano como un signo, y que estén como una marca sobre tu frente. Escríbelas en las puertas de tu casa y en sus postes (cf. Mt 23,36-40).
Isaías 44,1-2: Y ahora escucha, Jacob, mi servidor, Israel, a quien yo elegí. Así habla el Señor, el que te hizo, el que te formó desde el seno materno y te ayuda. No temas, Jacob, mi servidor, Yesurún, a quien yo elegí.
Salmo 8,3-6: De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles/poco menos que un dios, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies (cf. Hb 2,7).
Salmo 78,23-25: Pero dio orden a las altas nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ellos maná, les dio un trigo celeste; y el hombre comió pan de ángeles, les mandó provisiones hasta la hartura.
Salmo 103,20-21: Bendigan al Señor, ángeles suyos: poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a la voz de su palabra. Bendigan al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplen sus deseos.
Salmo 148,1-2: ¡Aleluya! Alaben al Señor en el cielo, alaben al Señor en lo alto; alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus ejércitos.
Tobías 11,13-14: Entonces su padre [Tobit] abrazó llorando [a su hijo Tobías] y le dijo: «¡Te veo, hijo mío, luz de mis ojos!». Y añadió: «¡Bendito sea Dios! ¡Bendito sea su gran Nombre! ¡Benditos sean todos sus santos ángeles! ¡Que su gran Nombre esté sobre nosotros! ¡Benditos sean los ángeles por todos los siglos!
Tobías 12,15: Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia (cf. Mt 18,10).
Sabiduría 16,20-21: Nutriste a tu pueblo con un alimento de ángeles, y sin que ellos se fatigaran, les enviaste desde el cielo un pan ya preparado, capaz de brindar todas las delicias y adaptado a todos los gustos. Y el sustento que les dabas manifestaba tu dulzura hacia tus hijos, porque, adaptándose al gusto del que lo comía, se transformaba según el deseo de cada uno.
Mateo 4,6. 11: el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”. (...) Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo (cf. Mc 1,13).
Mateo 13,36-39: Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». Él les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles (cf. vv. 39 y 41).
Mateo 16,27: El Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras (cf. Mt 25,31. 41; Mc 8,38).
Mateo 18,10: Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial (cf. Tb 12,15).
Mateo 26,52-53: Jesús le dijo: “Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere. ¿O piensas que no puedo recurrir a mi Padre? El pondría inmediatamente a mi disposición más de doce legiones de ángeles”.
Marcos 13,27. 32: Y [el Padre] enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. (...) En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.
Lucas 2,8-18: En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él». Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores.
Lucas 9,26: Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.
Lucas 15,8-10: Jesús les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido”. Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».
Lucas 20,33-36: Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer? Jesús les respondió: “En este mundo los hombres y las mujeres se casa, pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección”.
Lucas 24,21-23: Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.
Juan 20,11-13: María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Hechos 23,6-8: Pablo, sabiendo que había dos partidos, el de los saduceos y el de los fariseos, exclamó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y ahora me están juzgando a causa de nuestra esperanza en la resurrección de los muertos». Apenas pronunció estas palabras, surgió una disputa entre fariseos y saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos, por el contrario, admiten una y otra cosas.
1 Corintios 6,1-3: ¡Cómo es posible que cuando uno de ustedes tienen algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos? ¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo va ser juzgado por ustedes, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar asuntos de mínima importancia? ¿Ignoran que vamos a juzgar a los mismos ángeles? Con mayor razón entonces, los asuntos de esta vida.
Gálatas 1,13-16: Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas. Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato.
Colosenses 2,13-18: Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. En cuanto a los Principados y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la burla, incorporándolos a su cortejo triunfal. Por eso, que nadie los critique por cuestiones de alimento y de bebida, o de días festivos, de novilunios y de sábados. Todas esas cosas no son más que la sombra de una realidad futura, que es el Cuerpo de Cristo. Que nadie los prive del premio, bajo pretexto de «humildad» y de un «culto de los ángeles». Esa gente tiene en cuenta solamente las cosas que ha visto y se vanagloria en el orgullo de su mentalidad carnal.
1 Timoteo 3,16: es realmente grande el misterio que veneramos: Él se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en el mundo y elevado a la gloria.
Hebreos 1,4-8: Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia. ¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy”? ¿Y de qué ángel dijo: “Yo seré un padre para él y él será para mí un hijo”? Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios nos dice: “Que todos los ángeles de Dios lo adoren”. Hablando de los ángeles, afirma: “A sus ángeles, los hace como ráfagas de viento; y a sus servidores como llamas de fuego”. En cambio, a su Hijo le dice: “Tu trono, Dios, permanece para siempre. El cetro de tu realeza es un cetro justiciero”.
Apocalipsis 12,7-9: Entonces se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón, y este contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del cielo. Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles.
DE LA TRADICIÓN DE ISRAEL
Midrash Tehillim (explicación homilética de los salmos):
Cuando el Santo -bendito sea- estaba por otorgar la Torá al pueblo de Israel en el Sinaí, los ángeles se pusieron a recriminarle y reprocharle: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él y el hijo del hombre para cuidarlo?
Con esto, ellos querían decirle: Señor del mundo, sería harto más conveniente que tu depositaras la Torá en los cielos. ¿Porqué? Porque nosotros somos santos y puros, y tu Torá es pura y santa. Nosotros vivimos eternamente, y tu Torá es el árbol de vida. ¡Por eso es preferible que ella permanezca entre nosotros!
Él respondió: La Torá no podría ser puesta en práctica por los seres celestiales, como está dicho: No se la encontrará en la tierra de los vivientes (Jb 28,13). ¡Acaso hay una tierra en el cielo? ¿Y dónde podría ser practicada? Solamente entre los seres terrestres, tal como quedó dicho: Yo he hecho la tierra, y sobre ella cree al hombre (Is 45,12).
Rabí Nejmanyá, en nombre de Rabí Yehudà, dice: Es similar a un hombre que tenía un hijo al que le faltaba un dedo. El padre lo mandó a aprender el arte de la tejeduría, y todo lo referente a este oficio, -oficio que requiere el uso de todos los dedos-. Después de un cierto tiempo el padre fue a visitarlo (y descubrió que todavía no había aprendido nada). Entonces le preguntó al maestro-tejedor: ¿Por qué todavía no le has enseñado tu arte? Aquel le contestó: Este es un oficio que requiere el uso de todos los dedos, mientras a tu hijo le falta uno, ¿y tú quieres que le enseñe el arte de la tejeduría?
Del mismo modo el Santo -bendito sea- dijo a los ángeles: Es imposible que la Torá pueda ser puesta en práctica por ustedes, ya que entre ustedes no existe la procreación ni la impureza, ni la muerte no la enfermedad, pues todos ustedes son santos.
A. Churaqui: De todo corazón: mi espíritu y mi inteligencia, en presencia de los dioses: la fraternidad de los santos y los sabios. En presencia del Señor que contempla cara a cara. (v. 4) los reyes de la tierra: reunidos en Jerusalén en el reino de gloria del Rey-Mesías. Providencia del Señor que abraza y lleva a su elegido, mientras que los pueblos conocen y cantan sus sendas y caminos.
LOS MAESTROS DE LA FE NOS ILUMINAN
Orígenes: Cantar en presencia de los ángeles: cantar infatigablemente . Los caminos del Señor son las virtudes.
Atanasio de Alejandría: Salmo de la vocación universal. De todo corazón hace eco a Dt 6 y Mt 22,37. No abandones a aquellos que has creado a tu imagen. En Jesucristo muerto y resucitado, Dios permanece fiel a su criatura, restaurando en ella su imagen
Juan Crisóstomo: Cantar con los ángeles: bailar en los coros espirituales, en su compañía en el cielo y con la misma agilidad que ellos.
Gregorio de Nisa: A través de los cinco Libros de los salmos, el alma va ascendiendo cada vez más alto hasta llegar a la suprema felicidad que será común a todos y que no estriba en otra cosa que en la celebración de las alabanzas divinas, llevada a cabo por todos los santos, ya sin el menor peligro de caer en pecado. La naturaleza humana cantará dicha alabanza en plena y total concordancia a la Majestad de Dios, y ya no, como aquí en la tierra, de manera pobre y limitada (...) El alegre sonido del entrechocarse de los címbalos evoca a los ángeles y nuestra asociación con ellos. Cuando la naturaleza humana haya alcanzado su meta última, la reunión de los ángeles y de los hombres dará cumplimiento a la alabanza en perfecta armonía. El alegre sonido de ambos címbalos (Sal 150,5) que gozosamente se entrechocan y encuentran son, uno la naturaleza angélica y el otro la naturaleza humana. El pecado los había separado, pero cuando la bondadosa misericordia divina los reúna, juntos harán resonar aquel himno del cual el Apóstol dice: toda lengua, la de los seres celestiales, terrenos e infernales proclamará que Cristo Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre (Flp 1,10). Los dos címbalos juntos cantarán entonces el canto de victoria ya que no habrá desarmonía alguna y con fervor unánime tributarán a Dios una alabanza armoniosa y eterna.
Casiodoro: El pueblo de los santos ora por sí mismos y por los propios enemigos, rogando que se transformen en compañeros suyos. También el “enemigo” es obra de las manos de Dios, objeto de su misericordia, todo lo cual debe encontrar eco en nuestro corazón y en nuestra oración.
Regula Benedicti: Creemos que Dios está presente en todas partes, y que los ojos del Señor observan en todo lugar a buenos y malos (Pr 15,3) pero sobre todo debemos creerlo sin la menor vacilación cuando asistimos al Oficio divino. Por eso acordémonos siempre de lo que dice el Profeta: Sirvan al Señor con temor (Sal 2,11) Y también: Canten sabiamente (Sal 46,8). Y: En presencia de los ángeles te alabaré (Sal 137,1). Consideremos, entonces, de qué manera hemos de asistir ante la presencia de la Divinidad y de sus ángeles, y estemos en la salmodia de tal modo que nuestra mente concuerde con nuestros labios.
Bernardo de Claraval: Dios mandó a sus ángeles el cuidar de ti. ¡Admirable dignación y verdaderamente amor de entrañable caridad! ¿Quién los mandó, a quiénes, para quién, qué les mandó? Consideremos cuidadosamente esto, hermanos míos; encomendemos fielmente a la memoria tan apreciable mandato. ¿Quién lo mandó? ¿ De quién son ángeles? ¿ De quién son los preceptos que ejecutan ? ¿De quién es, la voluntad a que obedecen? Verdaderamente a sus ángeles mandó Dios para tí, a que te guarden en todos tus caminos, y aun para que te lleven en sus manos. La suma Majestad mandó a los ángeles, y mandó a los ángeles suyos, a aquellos espíritus tan sublimes, tan dichosos, tan próximos, tan inmediatos a Él, tan familiarmente allegados a Él y verdaderamente de su casa. ¿ Quién eres tú, Señor, y quién es el hombre para que pongas en él tu corazón o el hijo del hombre para que tanto lo aprecies? ¡Como si el hombre no fuera corrupción y él hijo del hombre un gusano!
ORACIONES SÁLMICAS
Escucha Señor, la oración de tu Iglesia reunida para celebrar tu gloria en presencia de los ángeles; extiende tu mano para salvarnos de nuestras angustias y completando tu obra de amor eterno, haz que vivamos eternamente (Serie A).
Que se dirija a ti, Señor el cántico solemne de acción de gracias, pues tu misericordia y tu lealtad han superado toda promesa; te pedimos, Señor, que completes en nosotros tu obra de salvación (Serie B).
Míranos, Señor, desde lo alto del cielo, tu santuario: que siempre te cantemos de todo corazón. Escucha las palabras de nuestra boca y perdona los pecados de tu pueblo (Serie Africana).
Despliega tu fidelidad, Señor, hacia aquellos que te suplican. Te adoramos sin cesar en tu santo templo, que seamos glorificados, con los santos ángeles, ante tu rostro (Serie Romana).
En presencia de los santos ángeles, Señor, nosotros te salmodiamos y en compañía de tus elegidos te dirigimos la alabanza de nuestros labios. Escucha las súplicas de nuestra boca otorgándonos a cambio la gracia que te pedimos (Salterio Mozárabe).
TÍTULOS SÁLMICOS
Voz de Cristo al Padre (Serie 1).
[En la ciudad santa de Jerusalén], cantamos al Señor el himno de gloria con todo el ejército celestial (Serie 2).
Salmo de los bautizados, de los iluminados (Serie 3).
¿COMES MUCHAS VECES POR DÍA?, ¡NO DEJES DE ALIMENTARTE CADA DÍA!
REPITE, DURANTE TODA LA SEMANA, UNA Y OTRA VEZ:
{inspirando} ¡Delante de los ángeles! | {espirando} ¡te cantaré, Señor! |